12.29.2010

Aunque duela: El pisco peruano es más rico que el pisco chileno

Por Ajenjo

Llego a Lima, capital del Perú, un viernes feriado por el Combate de Angamos. El taxista, un tipo muy amable y conversador como la mayoría de los peruanos, nos cuenta detalles de la ciudad y nos explica donde comer y carretear. Después de dejar las cosas en el hotel llegué a un restaurante y me tomé tres pisco sours. Quedé súper loco y salí a caminar por el hermoso barrio de Miraflores.
Paseo por la costanera y un niño, como de un año y medio, se baja los pantalones frente a nuestro grupo y nosotros pensamos que nos reconoció como chilenos y quiere llevarse de retorno el Huáscar. Nos topamos con un gran monumento al amor. Muchas parejas se besan alrededor. Un matrimonio, conformado por una novia vestida de blanco de 15 años y un joven de 16 aproximadamente, se toman fotografías. Es como un ritual urbano.
Quedé tan cansado con la caminata y los pisco sour que dormí hasta el otro día.
Me desperté y tomé el bus Metropolitano, que te lleva hasta el centro. Ahí me empine unas Pilsener Callao para tirar para arriba el ánimo. En la noche me fui al distrito de Barrancos y me metí precisamente al bar la Noche donde un tal Daniel F, onda el Chinoy peruano (pero como de 50 años) cantaba canciones de protesta. En un momento se lanzó Te Recuerdo Amanda, de Víctor Jara, y una lágrima salió de mi cerebro
directo al vaso de ron.
Seguí bebiendo en el ultra taquilla bar Ayahuasca, considerado uno de los 35 mejores bares del mundo. La onda era cuica étnica y en el baño muchos hombres se “espolvoreaban” la nariz, tratando de pasar desapercibidos.
Terminé esa noche en el casino Atlantic City al ritmo de las máquinas tragamonedas y más roncito. El tercer día tome vino blanco con pescados de alta calidad y rematé con un bajativo de pisco acholado, puro, que bajó por mi garganta, transformándose en uno de los licores más ricos que he probado en mi vida.
El último día me lancé dos pisco sour más y tengo que decirlo con todas sus letras y no me importa nada: el pisco peruano le pega veinte patadas a los piscos chilenos.
La verdad es la verdad y punto final.

ajenjoverde@hotmail.com

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