12.30.2010

Camino al extremo recital de Rammstein

Por Ajenjo

Estoy en un café internet de Santiago, tratando de despachar esta columna en forma desesperada, ya que en algunos minutos más ingresaré al recital de Rammstein, ese grupo alemán de metal industrial extremo, donde seguramente pasarán muchas cosas que les relataré más adelante.
El calor en esta ciudad es sofocante y pienso en mi Valparaíso querido, y lo echo de menos.El pasado fin de semana recibí a una simpática pareja de santiaguinos y los llevé a conocer las bondades del Fórum de las Culturas 2010. Terminamos en un sector denominado “Tornamesa”, cerca de la estación de trenes Barón, donde habían muchas locales. Uno de los stand que más me sorprendió fue el de la ciudad de Quebec. rimero te podías tomar una foto detrás de un paisaje canadiense. Anotabas en una pantalla tu correo electrónico y la imagen llegaba en un par de días.Después podías observar una maqueta de un gigantesco granero, donde se proyectan hermosas imágenes, muy parecido al show que montaron en La Moneda para el Bicentenario.
El lugar donde está Nápoles es ultra potente. Primero te ponen un casco para que puedas recorrer sin problemas el lugar (es que el recinto está bastante dañado). Hay muchas pantallas de alta definición que proyectan como era la vida hace muchos siglos (onda Imperio Romano).
Además de estos lugares, había gente vendiendo artesanía y otras “macanas”, como las llamaba mi abuelo que se murió hace ya muchos años de un cáncer en todo el cuerpo.
Después de mirar todas estas maravillas me fui a comer helado al “Emporio La Rosa”, la última novedad cuica que llegó al Puerto. Me encontré con mi amigo el escritor Francisco Casas, quien no me reconoció, hasta que le dije: “si estuviste en mi casa, con el Yura, viendo diapositivas de seres deformes”. Ahí se acordó y me estiró su mano amigablemente.
El “Emporio La Rosa” vende buenos helados. Todo, al parecer, es bastante sabroso y con mucha onda, pero hay que tener el billete largo. El helado de “niño” vale 1.100 pesos y es sólo una pequeña bolita. A pesar de estos precios la gente va por lo nuevo y siempre sus mesas están llenas, y nadie quiere perderse estos nuevos sabores que inundan El Puerto.
Al final terminé donde un amigo arquitecto que celebraba sus 40 años de edad. El evento era en las parcelas,
frente al cementerio Parque del Mar, de Concón.Mi brother contrató Dj y puso luces en su gigantesca casa de madera, mientras la fauna bebía y comía pizza de cebolla. Me encontré con gente que no veía hace miles de años. Uno de mis amigos estaba pololeando con una tarotista quien, en medio de la fiesta, le mandó la tremenda cachetada que, al parecer, puso fin a esa relación.
Al final volví temprano a la casa y ahora me voy al recital, donde el grito de Rammstein, Rammstein ya está inundando mi cerebro en toda su totalidad.

ajenjoverde@hotmail.com

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