8.24.2007

Skiador en el Marco Polo


por Ajenjo


¿Hay algo más rico que comerse un completo con una taza de té caliente en el restaurante Marco Polo de Valparaíso?
Sí.
¿Qué?
En vez del completo comerse un Skiador.
¿Y qué es eso?
Es un sanbiruche que lleva ave, palta y un huevo frito que corona todo el precioso platillo. Puede ser en pan de molde, batido o amasado.
Todos los viernes tengo que recoger a mi novia en el Terminal de Buses de Valparaíso y aprovechamos a caminar por Pedro Montt hasta llegar a la tradicional fuente de soda y, a pesar de las dietas y de la vida sana, me inclino ante el Skiador y una gran tazón de café con leche. ¡Qué cosa más rica!
Otras veces, y antes de ir al cine, nos vamos al Renato, donde una de mis garzonas preferidas, "la giganta", me sirve una de las maltas con huevo más sabrosas del Puerto. La instala en un jarro de plástico, con un cucharón, y así uno tiene la posibilidad de revolver aún más la espumosa mixtura.
Los completos, los sanbiruches, los tragos, siempre quedan más ricos en las fuentes de soda que en la casa. Por más empeño que uno le ponga, por más que tengas los ingredientes más frescos, es imposible copiar los sabores que uno tanto disfruta. ¿Será la mayonesa? Vaya uno a saber...
En esas cavilaciones me encontraba cuando se me ocurrió entrar a mi segundo hogar: el Moneda de Oro. Era un aburrido día de semana y decidí pasar a probar los terribles rones que sirve el garzón Fernando. El licor llega en un vaso largo y siempre, pero siempre, falta hielo.
Al entrar me percaté que había una mesa llena de mujeres, de todas las edades, quienes cantaban a todo pulmón temas de Rafaela Carra y del folclore popular. El grupo estaba muy entusiasmado y celebraban el cumpleaños de la jefa del local.
Esperando que llegara mi brother, que está adicto a los tallarines con mechada , me entretuve escuchando los cánticos de las hermosas damiselas.
La situación se empezó a poner chistosa cuando el guitarrista lo invadió un espíritu de trovador campesino y se largo a tirar estrofas erótico-cómicas junto a un caballero que también integraba la mesa de la cumpleañera.
(Poner voz de payador) "Una vieja se comió tres kilos de cemento y después se fue al baño y estuvo haciendo departamentos". Frases de este tipo, obviamente con palabras más directas, nos hicieron reír a mandíbula batiente.
La noche cerró con el garzón Fernando poniendo un DVD de corridos mexicanos, que se mezcló con el cántico cumpleañero que seguía firme y fuerte en estas largas y entretenidas noches de bohemia porteña.
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8.17.2007

Expulsan a hincha evertoniano del Bar Cinzano


A mi padre

VALPARAÍSO, (Agencias).- Un apasionado hincha del populoso equipo de Everton de Viña del Mar fue expulsado a la fuerza por los garzones del Bar Restaurante Cinzano, luego de provocar un confuso incidente que terminó con todos los protagonistas sanos y salvos y bebiendo en la barra del local.
El hecho ocurrió en la madrugada del sábado pasado, cuando el hincha oro y cielo, identificado sólo con el seudónimo de Ajenjo, se encontraba con su hermosa novia bebiendo, según su propia versión, "una rica piscolita servida por mi querido barman Rodolfo, uno de los mejores del Puerto".
Mientras el dulce trago corría por su garganta el cantante Alberto Palacios, sacando fuerzas de flaqueza e incentivado por el público, comenzó a cantar el himno del equipo Santiago Wanderers.
Como es la tradición en ese boliche de Valparaíso, los garzones también agarraron el micrófono y comenzaron a entonar estrofas al equipo de sus amores. Al terminar la canción dedicada al cuadro verde uno de los garzones, a todo pulmón, se lanzó el tradicional grito de guerra: ¡Ese a ene...!, y la gente del local, impulsada por las bebidas alcohólicas consumidas con generosidad, respondió: "San...".
El parroquiano Ajenjo, apoyado en la barra, no soportó estar rodeado de hinchas wanderinos, y en un acto de arrojo sin parangón, emitió el grito de su equipo: "Ever for ever... ". Grande fue su sorpresa cuando nadie del local le respondió, teniendo que terminar el grito en la más completa soledad, pero siempre guardando su postura y gallardía.
"Fue en ese momento que uno de los mozos, motivado por la silbatina generalizada adentro del bar, me sacó a la fuerza del recinto, mientras algunos de los parroquianos ponían cara de asombrados y otros, simplemente, aplaudían la extrema decisión", declaró el afectado.
Después de permanecer sólo algunos segundos afuera del Cinzano, Ajenjo retornó a buscar a su novia, percatándose que uno de los garzones, en una posición bastante romántica, conversaba en la barra del bar. Pensando que la situación pasaría de anecdótica a policial, el expulsado hincha fue recibido con risas y abrazos y una nueva piscola llegó a sus manos.
La noche se cerró con fuertes abrazos entre los wanderinos y el hincha del Everton, quien fue felicitado por su valentía y arrojo al gritar, en pleno reducto verde, por el equipo de su niñez.



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8.13.2007

Secretos íntimos de un Tamagotchi


Son las 9 de la noche y alcanzo a ingresar a una multitienda para comprar la nueva obsesión de los niños: la mascota virtual conocida como Tamagotchi.
En la década del 90 fue muy popular y todos comentaban que la mascota se hacía caca, comía, jugaba y hasta moría, para la tristeza del pequeño dueño. Voy a buscar a mi hijo a su colegio y lo veo rodeado de amigos que, con sus tamagotchis correspondientes, se conectan digitalmente y tienen amigos virtuales.
El niño me llama por teléfono para comentarme que su mascota, de nombre Nick, se quedó dormido con una calavera a su lado y le digo que lea las instrucciones y que lo más probable es que tenga que darle su medicina.
No hay que analizar mucho a este tamagotchi para darse cuenta que este juguete es un invento chino, donde existen 80 millones de hijos únicos llamados "los pequeños emperadores" y que necesitan hermanos virtuales para que aprendan valores, especialmente la atención y el cuidado hacia otros seres.
Pensando en tamagotchis, amigos virtuales y hermanos futuros llego al Bar Inglés donde me encuentro con mi brother oftalmólogo que se está zampando un plato de pantrucas en fuente de greda con su correspondiente pisco sour. Aprovecho de engullirme un pan batido lleno de ají macerado al vinagre con mantequilla, mientras el juguito de limón comienza a calentar mis entrañas.
¿Por qué no vamos al cine, brother y rompemos esta exquisita rutina de comer y chupar por unas horas?, le digo, mientras enfilamos hacia Viña para ver "Secretos Íntimos", uno de los escasos filetes visuales que llegan a la recta provincia.
Antes de entrar al solitario y luminoso mall nos compramos la tradicional petaquita de ron, una energizante y una lata chica de Coca Cola para sostenerse en las dos horas y 15 minutos que duraba la cinta.
La película comienza con frases para el bronce, pero la más destacada es "si quieres dejar de hacer el amor, cásate". La frase es emitida por una mujer que está en un parque con sus amigas, cuidando a sus hijos. El argumento es un martillazo a la desgastada institución del matrimonio y recomiendo ir a verla sólo o con amigos, pero no con la pareja.
El título original de la película es "Niños pequeños" y el personaje del pedófilo, y lo que le va ocurriendo a lo largo del guión, es impactante.
Creo que cada trago del dorado licor cubano dentro del cine logró apaciguar un poco la amargura de los personajes que desfilaron por la pantalla.
En realidad la vida es bastante amarga, pero hay mucho ron para endulzarla.

ajenjoverde@hotmail.com

8.06.2007

Las Cruces


Por Ajenjo


Siempre había mirado al balneario Las Cruces como un lugar medio mítico. En mi ilimitada imaginación, veía caminar al poeta Nicanor Parra por una bella playa, mientras el ex Yegua del Apocalipsis, Francisco Casas, vestido como una estricta monja, compraba pan caliente en uno de los pequeños negocios.
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de desmitificar mi visión y visitar este pueblo, donde engullí las lenguas de erizo más grandes que he consumido en toda mi vida.
Para los nacidos y criados en Valparaíso y Viña del Mar, los balnearios del sur son mucho más esquivos y desconocidos. Todos fuimos a Quintero, Horcón, Maitencillo, Zapallar o Papudo, sin embargo los nombres de Quintay, Algarrobo, Rocas de Santo Domingo y Cartagena, están asociados a los santiaguinos.
Aprovechando uno de los fines de semana largos partimos a Isla Negra. La idea primaria era conocer la casa de Pablo Neruda, ya que todas las veces que fui con mis compañeros de la Escuela de Periodismo lo único que hacíamos era vaciar garrafas en la playa mientras hablábamos y hablábamos.
Ese mismo día jugaban los chicos de la Sub 20 contra Nigeria y mi brother, que hacía de chofer, quería ver el partido literalmente a toda costa. Mi novia dijo que podíamos almorzar en Las Cruces, ya que como buena santiaguina pasó muchos de sus veranos en ese pueblo.
Llegamos hasta un restaurante llamado "Puesta de Sol", donde había una tele chica prendida con el partido de fútbol. Nos atendieron de lujo y nos dimos un inolvidable patache de mariscos. ¡Las lenguas de erizo eran gigantescas y todo era fresco y natural, recién sacado del mar! En síntesis, veinte patadas en la cara a todas las picadas de Valparaíso, Viña y Concón.
Antes que finalizara el partido me fui a caminar solo a la playa. La poetisa CarmenBerenguer paseaba por el restaurante con una amiga. Seguramente venía de la casa de su íntimo amigo Pancho Casas, que vive en Las Cruces. Volví al restaurante y mi brother gritaba como desaforado : ¡Ceacheiiii!, y la gente del restaurante le respondía apasionadamente.
Fuimos a la tumba de Vicente Huidobro, actualmente convertida en una jaula de pésimo gusto con un anciano guardia que te mira como si fueras el Cabro Carrera y nos bebimos unas cervezas en la playa chica de Cartagena.
El remate fueron unos gigantescos sánguches en los kioskos ubicados a un costado del Santuario de Lo Vásquez, donde al ritmo de un video con los chistes del Indio cerramos un asoleado y bello día invernal.
ajenjoverde@hotmail.com
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