5.03.2011

Y se nos fue el viejito italiano del Cerro Alegre...

Por Ajenjo


Llevo varios años peregrinando entre casas del cerro Concepción y Alegre y pude conocer a Nicolás Giacomino, un viejito que se sentaba a tomar el sol en los 14 asientos y le metía conversa hasta los pajaritos.
Siempre me contaba sus historias de Italia, con ese acento que jamás abandonó. Era un admirador de Benito Mussolini y aseguraba que el escuchó por la radio “cuando anunció que pagaría sueldo a todas las amas de casa”. Al principio le discutía y si me pillaba con muchas cervezas en el cuerpo hasta le nombraba la palabra “fascista”, pero al final siempre terminábamos amigos.
Se ponía a cantar “funiculí, funiculá” y me explicaba que esa canción la habían creado cuando inauguraron un ascensor, muy parecidos a los de Valparaíso. Cuando me separé de mi primera mujer me lo encontré en la calle. Me pregunto qué me pasaba y le conté mi drama. Sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó. Me relato sus historias de amor y desamor y me di cuenta que no estaba solo en el desierto de la desesperación.
Nicolás Giacomino fue testigo de la aparición de todos los boliches del cerro Alegre y se asentó en el restaurante Vinilo, donde todas las mañanas leía el diario y conversaba con los parroquianos (ver foto tomada por Alan Lara).
A veces me encontraba con él en el plan y lo usaba para una sección del diario ya desaparecida llamada “La calle opina”. El entrega sus respuestas muy serio y lúcido.
Tenía una cabeza admirable y sus recuerdos eran frescos cuadros de la antigua Italia del siglo pasado.
Cuando el chef del Vinilo me dijo que Don Nicolino había muerto me dio harta pena, pero que se diluyó en los buenos recuerdos que mantengo de su presencia. Es cosa de cerrar los ojos y verlo sentado en los 14 asientos, esperando alguna oreja conocida o desconocida y comenzar a relatar sus aventuras.
¿Con quién estarás hablando ahora Nicolino? ¿En que lugar estarás sentado?

ajenjoverde@hotmail.com

1 comentario:

Nicole Vergara dijo...

Oh no sabia que habia muerto pero todo lo que escribiste tambien fue la experiencia que vivi con el nono, era un gran personaje