5.03.2011

Villa+Discurso más el eterno retorno al Roma


Por Ajenjo

Mi esposa no conocía la UPLA y sus alrededores, y la invité a ver la obra de teatro Villa+Discurso que se exhibió en el hermoso teatro de esa casa de estudios porteña. Llegamos muy temprano ya que no teníamos entradas reservadas y yo no quería perderme esta tremenda obra.

Como teníamos una hora y media para recorrer la zona la invité a degustar algo a la fuente de soda Amalfi. Caminamos entre medio de neumáticos humeantes, que fueron testigos de una violenta protesta. Ninguna novedad ya que siempre hay manifestaciones en esa zona.
En el Amalfi pedí un churrasco palta tomate. La sorpresa fue grande cuando el cocinero sacó de una despensa el pan con la carne ya lista y lo puso en un viejo microondas. Hacía años que no comía un sandwich tan mal preparado. Le dije a mi señora que conociéramos el Roma, que yo catalogaba en mi época estudiantil como "el gimnasio de los curados". Ahora está cambiado, pintado, más bonito. Ahí me comí el tremendo completo y una cerveza. Todo rico. Le hablé sobre los recitales rock que viví ahí adentro, de las tremendas borracheras a punta de cerveza, de los pololeos que duraban un día con niñas de nombres desconocidos y que estudiaban carreras desconocidas (ahí se anduvo enojando un poco).
Después partimos al teatro, donde participamos de una verdadera liturgia artística. La obra era espectacular, más aún que estaba escrita y dirigida por Guillermo Calderón, quien personalmente lo catalogo como el mejor dramaturgo chileno actual. Ver una obra escrita y dirigida por su propio autor ya es un gran premio y siento que me gané el Loto con lo que pude observar.
Villa+Discurso son dos obras de teatro. Villa se trata sobre Villa Grimaldi y la discusión de tres mujeres sobre el destino de ese centro de torturas. Uno pasa de la risa a quedarse para adentro en cuestión de microsegundos. Después viene discurso que es como ingresar al cerebro de Michelle Bachelet en tres voces.
A mi se me ocurrió ir con un chaleco de lana chilota y en la obra ironizaban muchas veces sobre los que "usaban chalequitos artesanales" (me dio un poco de vergüenza y risa).
Al final, con los ojos llenos de lágrimas, aplaudí las dos obras de teatro. La actuación soberbia y el texto era poderosísimo y te dejaba pensando mucho rato.
Ojalá llegara más teatro de esta calidad a la región.

ajenjoverde@hotmail.com

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