5.03.2011

En el Lollapalooza o en la juguera con el botón rojo apretado


Por Ajenjo

Nunca en mi vida había asistido a un recital de rock tan bien organizado.

La historia es la siguiente. Son las 11.30 horas de la mañana y me bajo, junto a mi brother, del auto de mi esposa, quien nos deja en el Parque O´Higgins, en Santiago, para ingresar al Loolapalloza 2011. No tenía muy claro cómo sería este evento, pero algo en el aire indicaba que sería histórico e inolvidable. Y así no más fue. La revisión de carabineros en la entrada fue normal. Después venía un largo camino donde te regalaban vasos de bebida. Nos dieron el folleto explicativo del evento, con mapa incluido, y partimos a ver a Devil Presley, como lo teníamos planeado. Mientras caminábamos por los tremendos terrenos, la cantante Francisca Valenzuela comenzó su show al aire libre. Nosotros entrábamos a La Cúpula, donde estaba "todo pasando". El sonido del grupo rockero era increíble. Uno se imaginaba que eran las dos de la mañana, ya que todo estaba oscuro, pero eran las 12.30 del día, lo que anunciaba que la cosa era maratónica. El sonido era tremendo y el escenario y la iluminación al más alto nivel. Y eso que este era el escenario más chico. Después, y para descansar el tímpano, me tiré en una sombrita para escuchar a Los Bunkers y sus canciones de Silvio Rodríguez. Más tarde apareció Cypress Hill y comenzó a quedar la embarrada. El medio show chicano hiphopero rockero rapeado potente. Terminado ese show nos fuimos a conocer la cueva de los electrónicos: El Arena Santiago. Ahí estaba Zeta, de los Soda Stereo, intentando mediocramente hacer bailar a la masa. Nos fuimos a comer unas hamburguesas, ya que eran como las 4 de la tarde, al ritmo de James y Ben Harper. Vuelta al escenario electrónico, donde un tipo con el símbolo de Space Invaders tenía a todos locos. Vino The National y Deftones, el mejor show de la noche con violencia y rock. Por un buen dato llegamos nuevamente al Arena, donde tocaba Empires of the Sun, que nos dejó arriba del techo. Eran unos locos disfrazados como animé japoneses, que bailaban como locos y hacían el medio teatro. Uno rompió una guitarra y la lanzó al público en medio de imágenes espaciales. Todo terminó con Fatboy Slim y The Killers.
No vendían copete. Algunos locos caminaban como si estuvieran en Marte. Gente linda a camionadas con la cara iluminada. Me fui contento a la casa y me tomé casi un litro de vodka. El próximo año estoy anotado para los dos días.

ajenjoverde@hotmail.com

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