2.15.2011

Con Madonna y Elvis Presley en el Lago Villarrica




Por Ajenjo


- A Baltasar, para que salga adelante con

todas las fuerzas de la vida -


El lago Villarrica se extiende como un delicado ojo de agua. En su superficie navega un gran velero chilote que trae en cubierta a una feliz pareja de novios. Ella viene con un vestido que lleva una red verde y el novio viene uniformado de Almirante.
Los invitados esperan en el muelle. Las mujeres portan unos delicados paraguas de madera que junto a un amigo tuvimos que repartir en una gran cesta. La escena corresponde a un matrimonio que asistí el fin de semana pasado en el verde sur chileno, donde tuve la posibilidad de conocer el bello y cuico Pucón y sus alrededores.
Llegue dos días antes de la fiesta y fui invitado a almorzar al restaurante Las Brasas, donde el anfitrión Cristian nos trasladó con sus videos musicales a la época del 60 y mientras desgastábamos unas ricas truchas con puré al merquen, Sandro y Elvis Presley nos cantaban en la oreja.
También tuve la posibilidad de cenar en el Senso de Pucón, donde la especialidad son las pastas italianas. Me mande unos fetuchinis con una salsa “al fileto”, que todavía me tiene soñando.
Nos estábamos quedando en el Hotel del Lago, donde era el matrimonio, por lo tanto me puse mi terno, caminé cuatro pasos y llegue a la ceremonia civil. Los novios ingresaron rodeados de bellas musas vestidas de rojo al ritmo de la canción del verano 2011: Soul Sister.
Después vino la fiesta donde el grupo musical Metrópolis se transformó en el plato fuerte de la noche.
El vocalista, quien es el carisma hecho artista, comenzó cantando una canción de Frank Sinatra y siguió por todos los éxitos bailables que uno pueda imaginar. Bromeaba constantemente (en vez de gritar“Américo” se declaraba “Alcohólico”), salió disfrazado de Elvis Presley, incluso hizo un tremendo cuadro travesti imitando a Madonna.
Yo tomaba Johnny Walker con energizante como agua de la llave y terminé saltando como mono de circo, como si estuviera en el mejor recital de rock.
Al abandonar el lago Villarrica, donde los anfitriones nos atendieron de lujo, me dio un poco de pena, pero pensé en mi Valparaíso querido y todo se calmó.

ajenjoverde@hotmail.com

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