4.25.2012

Nueva adicción: las energizantes



Por Ajenjo

Son las cinco de la tarde yme dirijo a escribir varias páginas hacia el diario. Paso por el Blockbuster deValparaíso e ingreso, no para arrendar una película, sino que para comprar una lata de bebida energizante. La bebo a la salida, en cuestión de segundos, y tengo la seguridad de que lograré conseguir la concentración y focalización para poder despachar mis tareas laborales.
Muchas personas me han advertido que mi dañado hígado sufrirá las consecuencias de estas concentradas bebidas, pero lamentablemente son una forma rápida y segura de conseguir energía extra durante el día.
Nunca creí mucho en el efecto de estos brebajes. Hace como seis años los empecé a probar en los carretes, con vodka, pero el power punch cerebral del alcohol siempre opacó la energía de la bebida.
Un día, cansado de la vida y de mi mismo y en estado total de sobriedad, me compré una latita multicolor y ahí pude comprobar su verdadera potencia. Ahora como que ando adicto, sobre todo en el verano, ya que uno tiene que enfrentar un día laboral con elmedio cara de gallo en el cielo, y la lata te llama heladita, heladita.
Cuando veo pasar a la gente con traje de baño y toallas rumbo a la playa o tomando cervezas gigantescas almediodía en frescas terrazas,me deprimo un poco y tengo la certeza que una de estas energizantes me sacará de ese rollo.
Lamentablemente los años de cervezas mañaneras, rones baratos, litros de ron y vodka, garrafones de tinto y melones con blanco han dañado algo más que las mucosas estomacales y cada vez que trago estos líquidos energizantes siento una pequeña molestia al costado derecho.
¿Será la horade ir al mecánico?

ajenjoverde@hotmail.com

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