4.17.2012

La cocina más creativa de Valparaíso tiene un nombre: Pimentón

Por Ajenjo

Iba a contar en esta columna el recital de Alvaro Peña en el bar LaAduana, donde se me terminó de apagar la luz al ritmo de litros de vodka con agua tónica y di un jugo de esos que en el amanecer, en vez de salir el sol, aparece la tremenda vergüenza con sus rayos de arrepentimiento.
Decidí finalmente que esa historia quedará perdida en la alcohólica memoria y les relataré mi encuentro con uno de los restaurantes más ricos y creativos que se ha instalado en Valparaíso en el último tiempo: El Pimentón.
El local está ubicado donde antes funcionaba el legendario El Triunfo, en la Subida Ecuador, donde para la década del 80 se tomaba vinito con lacrimógena y se protestaba de lo lindo. El restaurante sigue manteniendo ese ambiente de lucha, ya que sus paredes están tapizadas con letreros relacionados con la libertad, la poesía y la izquierda chilena.
Fui a la hora de almuerzo y me comí el menúdel día, que me salió un poco más de tres mil pesos. Para beber elegí un te helado, que fue terriblemente refrescante y exquisito para la época estival. La ensalada, en un gran pote, estaba fresca, fresca, fresca, recién hecha. Después me mandé una pastelera con tomate y de postre una buen pedazo de jugosa sandía. En la mesa había merquén, un pebre powermetal y pancito.
El Bicho, dueño y chef del local, se sentó con nosotros y me conversó sobre su pasión: la comida chilena. Cuando un tipo le gusta lo que hace, se nota en el brillo de los ojos, en sus movimientos de manos y en su potente discurso gastronómico. Lo suyo es lo chileno, aprendido en la sobrevivencia, en el barrio La Bandera, en Santiago. Junto a sus madres observó y grabó como se podía cocinar con todo y lograr sacar sabor a la papa más
desabrida.
Uno de sus platos más conocidos es la chorrillana, que lleva manzana verde y que ganó premios y excelentes críticas.
El Bicho trata de rescatar el sabor de los inmigrantes que llegaron aValparaíso, “que no era gente rica, eran campesinos y preparaban cosas muy buenas y caseras, que aquí tratamos de replicar y experimentar”.
Dicen que en las noches se puede comer en El Pimentón una gigantesca empanada frita de camarón queso. El local está lleno de sorpresas y es terrible de buena onda.

ajenjoverde@hotmail.com

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