12.03.2008

Tomándose los tragos con el Matías Bize


Por Ajenjo

Mi novia me invita al matrimonio de su mejor amiga del colegio y me dice que en la fiesta estará Matías Bize, el director de la película chilena "En la cama", quien también estudió en su colegio santiaguino.
El evento es en una casa campesre de La Reina, donde vive un connotado ginecólogo, padre de la novia.
Llego como a las siete de la tarde y después de la ceremonia civil empiezo a bajarme un pisco sour, mientras observo a Matías Bize, que se pasea tranquilamente conversando con sus ex compañeros de colegio.
A mi me hubiera gustado decirle en forma inmediata que en el tiempo que cubría el Festival de Cine de Viña del Mar pude observar la emoción del director Silvio Caiozzi, quien al término de la cinta "En la cama" lo abrazó como quien sabe que saluda a un pequeño genio.
La emoción en los ojos de Caiozzi era verdadera y honesta. A mi también me emocionó la película y lo di como ganador del certamen. No me equivoqué, ya que esa película ha obtenido más medallas que cualquier vino chileno.
Me hubiera gustado decirle que ojalá no se cumpliera la sentencia del poeta Jorge Teiller, quien afirmaba que cada artista sólo lograba una vez en la vida crear una joya y que después se diluía en el mar de la fama y los excesos.
Me hubiera gustado decirle muchas cosas y apuraba mi pisco sour para sacar fuerzas de flaqueza, sin embargo, en la ronda de conversación hablamos de moteles y él mostró una tarjeta VIP para ingresar al mítico Hotel Valdivia de Santiago.
Después vino la fiesta. Yo me senté en la mesa número 1, de los novios, y conversé con el simpático ginecólogo, quien me servía generosos pedazos de carne en mi plato.
Después los primos de la novia se mandaron el tremendo show travesti. Las mujeres disfrazadas de huaso y los hombres de china hicieron un baile que sacó carcajadas de los asistentes.
Como a las tres de la madrugada y con cinco "whiskolas" en el cuerpo, me acerqué a Matías Bize, quien bailaba como un trompo cucarro.
Le alcancé a decir algunas cosas, seguramente con una modulación muy peculiar. Me preguntó donde trabajaba como periodista, me quedó mirando por algunos segundos y dijo: "¡Grande La Estrella de Valparaíso!".
Salud por Matías Bize y sus próximas películas.

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