7.20.2010

Camino a La Tirana o tratando de romper la aparente realidad





Por Ajenjo

Estoy sentado en el palco presidencial del Teatro Municipal de Iquique y observo cómo mi hijo juega en el escenario. El lugar es maravilloso, como el teatro viñamarino, pero construido completamente de madera. Por mil pesos se puede visitar completo, subir hasta el último piso por pequeñas escalerillas de madera y entrar a todos los rincones.
Iquique es sólo una parada, ya que mi verdadero destino es La Tirana, donde los diablos bailan por horas sin parar, en uno de los paisajes lisérgicos y multicolores más impactantes que he visto.
Hace cinco años vine por primera vez y en mis oídos y neuronas quedaron tatuadas las imágenes de este verdadero manicomio étnico, donde la locura llega a su estado más sublime y se convierte finalmente en tradición.
Ahora quiero que mi hijo vea este espectáculo, pero a veces lo que a uno lo asombra no tiene porque impactar a los demás. Cuando salimos del hermoso teatro iquiqueño el niño me pregunta donde está el mall de esta ciudad “y podríamos ir a ver una película y comer pizza”. A veces creo que la batalla está perdida, pero tampoco se trata de ponerse un viejo amargado (y ocupo la palabra amargado, en vez de una que es impublicable) y sólo queda seguir adelante.
Hablando en forma honesta, Iquique no es una urbe muy hermosa. Mi hijo piensa que está en Perú, no sólo por los rasgos faciales de la gente, sino que por que la bebida del hostal es Inca Kola y es atendido por una mujer que nació en Tacna. Hay muchos restaurantes chinos, como de “chifa” y ha estado muy nublado y frío.
Ya quedan pocas horas para partir al pequeño pueblo en las alturas, donde los diablos ya han comenzado su ritual. Me armaré con unos buenos sándwichs, una petaquita de vodka con Red Bull y volveré a sumergirme en esos sonidos de cajas, trompetas y platillos con la sana intención de olvidar toda la maldita rutina y abrirle los ojos a mi hijo para que traspase de una vez por todas la aparente realidad en que vive.

ajenjoverde@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente!
Pretendo eventualmente hacer lo mismo con mi hija.
Cómo resultó todo???