7.19.2010

Para todos los que vieron el partido solos en sus casas


Por Ajenjo

Mi hijo y mi esposa se van de la casa para ver el partido de Chile contra Honduras, en el Mundial de Sudáfrica 2010, en el colegio y en el trabajo respectivamente.
Quedo solo en mi cama. Miro al espejo y me veo con un gorro de lana y la estufa prendida, mientras los gladiadores cantaban el himno a todo pulmón. Decidí hacer un desayuno, pero lamentablemente al abrir el refrigerador me encontré con una bolsa con pan de molde y la tradicional margarina chilena. “No importa”, me dije a mi mismo, y tosté los pancitos con mucha gallardía, mientras calentaba agua para el café.
De repente vi unas latas de cerveza que coquetamente me llamaban y me decían que las bebiera. Eran las 7.20 de la mañana y tenía que llegar al trabajo a las 10, por lo tanto estaba vetado todo tipo de alcohol. Con el dolor de mi alma las rechacé y me fui con la bandeja a la cama.
Estaba solo. Cuando Chile metió el gol me emocioné mucho. Creo que lloré. Mi señora me llamó por teléfono y gritaba como si le estuvieran poniendo corriente. Llamé a mi brother oftalmólogo para comentar el triunfo parcial y lo encontré durmiendo, “perdóneme compadrito es que la guagua lloró desde las tres a las seis de la mañana y no sentí la alarma. Gracias por llamarme”.
Seguí viendo el partido y le lanzaba improperios a los jugadores, que se perdían y perdían goles. Al final el arbitro tocó el pito y la calma volvió a mi cuerpo. No tenía a nadie con quien hablar, nadie a quien decirle mi complejo análisis del partido, nadie a quien abrazar y gritar que ganamos...
Mientras me duchaba, soñé que levantábamos la copa y éramos campeones del mundo y pensé en los rones que me esperaban en la noche para celebrar con mis compipas...

ajenjoverde@hotmail.com

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