4.28.2009

No me olvides


Por Ajenjo


La gula es un pecado castigado por los dioses, sin embargo al parecer los visitantes del restaurante "No me olvides", en la Quebrada Alvarado de Olmué, tienen la indulgencia eterna ya que, sin exagerar, es el local que sirve los platos más grandes que he visto en mi vida.
Mi brother oftalmólogo, al parecer, ya conocía esta picada y partimos como a las 13 horas del domingo pasado con rumbo del famoso restaurante. El lugar está bastante escondido y hay que saber meterse en los caminos rurales para acceder a esta bastión de la gula regional, donde un plato fácilmente alcanza para tres o cuatro personas.
Al llegar tuvimos que esperar unos diez minutos a que las mesas se desocuparan. El recinto es bastante grande y tiene zonas de fumadores y no fumadores.
A uno le asignan un número y un mozo se encarga de gritar "¡el 45!" y la gente se distribuye en las mesas que ya están listas para el castigo gastronómico.
De partida a uno le sirven una panera con amasados calientes, en forma de bollos, con mantequilla y dos clases de pebre. Ni se le ocurra ponerse a picar el pan (que es una mala costumbre arraigada en el alma nacional), sin embargo es casi imposible dejarse tentar por la miguita caliente y humeante y la mantequillita derritiéndose lentamente.
Después llegó un mozo bastante divertido, y con excesiva personalidad. a quien le pedimos un humita, una empanada de queso y otra de pino para calentar la tripa. Las empanadas no son tan grandes, pero son llenadoras.
Decidimos pedir dos platos para los cuatro presentes. Yo me fui por unas entrañas a lo pobre, mientras mi brother apuntaba por una carne al jugo con puré.
Mi plato era de antología. Cuatro largas fajas y gordas de entrañas, más un plato lleno de papas fritas y otro que traía la cebolla y los huevos fritos conformaban el cuadro.
El sólo mirarlos causaba que los ojos llenaran el estómago. Me castigué durante varios minutos, pero al final el plato, que también era consumido por mi novia (que en estas cosas del comer y beber es una excelente compañera), quedó en la mitad.
Al final mi amigo y su mujer también dejaron mucha comida en el plato y le dijo al mozo, con seria voz, que le pusiera los restos en una cajita: "es que son para el Bobby", agregó.
Mi brother no tiene perro y al parecer se consumió los restos en la noche.
El que sabe sabe.


1 comentario:

TUZALANDIA dijo...

hola!!!!
soy daniela de villa alemana
siempre leo tu columna en la estrella de valparaiso hasta que vi que tenias blog y pase a saludarte...
me gusta lo que escribes, siempre me termino riendo
asi que felicitaciones por tu trabajo!

saludos
daniela!