9.10.2009

Suegras



Dentro de pocas horas iniciaré mi segunda convivencia con una mujer, a quien amo en este momento más que a nada en el mundo y con quien tengo numerosos proyectos comunes que se concretarán finalmente en un matrimonio y lo más seguro, en nuevos hijos.
Creo que las lecciones ya están aprendidas y esta nueva aventura de amor debería tener un mejor término que la primera, sin embargo, siempre hay miedo e incertidumbre sobre el futuro.
En todo este proceso hay personajes que siempre son centrales y principales, y en mi experiencia de vida, estos encantadores seres son... las suegras.
Con la madre de mi novia y otros amigos, nos zampamos el fin de semana una botella de wiskhy y hablamos de todo tipo de temas. Mi nueva suegra es una mujer chorísima, que tiene un grupo de amigos maravilloso y con quienes armamos fiestas y comidas que duran hasta las seis de la mañana.
Muchas veces mi suegra santiaguina toma el liderazgo y sale rumbo al Mercado Central, a engullir erizos y caldos de mariscos para recomponer el cuerpo luego de una maratónica noche llena de conversa, tinto, chistes, whisky con coca cola, y mucha buena onda. Yo caí parado en el grupo de mi suegra y me siento parte integrante e incluso militante de esta familia, donde la solidaridad y el carrete se amalgaman en un solo y entretenido grupo. Además de estar enamorado de quien se convertirá en mi esposa, amo profundamente a este grupo de locos y la confianza y amistad que tengo con mi suegra es bastante profunda e interesante.
Pero no puedo dejar de recordar, en todas estas reflexiones, a mi primera suegra. Ella es una persona maravillosa, de quien perfectamente podría haberme enamorado, y siempre estuvo atenta a cualquier ayuda que necesitáramos.
Ella también carretaba con nosotros y aunque nunca fue fanática de los tintos y de los licores espirituosos, siempre nos acompañaba y se reía con nuestras tonteras. Conversadora como ninguna, podíamos pasar horas y horas relatando historias y escuchando sus tiernas aventuras generadas en su vida como profesora básica.
En el amor,mi primera suegra era bastante dispersa. Se enamoraba muy rápido y tuvo aventuras y convivencias bastante diferentes desde el punto de vista conservador y tradicional.Ahora nuevamente su corazón está de fiesta y ojalá disfrute cada momento de romance.
La tradicional caricatura de la suegra es una mujer gorda, con peinados raros y que odia y trata de hacer la vida
imposible a quien se lleva a su hija. En mi caso ha sido radicalmente opuesto y mis suegras, además de ser bonitas, son amigas con las que podré contar hasta el resto de mis días.
Así sea.

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