6.01.2007

Miss Ron y Verso


Desde hace una buena cantidad de años nos juntamos, con mi brother, todos los miércoles en el Bar Inglés para charlar y tomar algunos tragos que calmen la desesperación de vivir.
Sin embargo, hay algunos días de la semana que esa desesperación se une a una sed implacable y a nuevos cahuines que hay que contarse por obligación y la cita se adelanta para poder descargar el material cerebral y tranquilizar al hígado que clama por más toxicidad.
Este pasado lunes nos juntamos en el Moneda de Oro y nos topamos, sin saber, con el tradicional concurso Miss Universo, donde las mujeres más bellas de la galaxia desfilan en trajes de baño.
Nos comimos unos sangüches de queso caliente y Alonso, el garzón del local, nos trajo dos rones potentes que asustaban de sólo verlos.
Hay locales que sirven rones mínimos y cobran una millonada. "Es que tenemos una medida obligatoria señor", señalan los mamones garzones de los nuevos y plásticos bares.
En el Moneda la cosa es distinta. Aquí los rones se sirven con generosidad. Nada de pequeños chorritos del dorado licor. El vaso hasta la mitad y que se salven los valientes.
Con ese panorama empezaron a desfilar, cual caballos en la troya, las minitas más ricas del planeta.
Los señores del dominó, que como estatuas vivientes juegan muy concentrados, giraron sus cuellos y emitieron algunas sentencias sobre las carnes en exposición que salían por el televisor.
A medida que el concurso avanzaba los gritos del público aumentaban. Todos los presentes, insuflados por el espíritu del ron, quedaban extasiados con la presencia de esas largas piernas y esos rostros siempre sonrientes que hacen soñar con amores imposibles.
"¿Donde estarán esas mujeres ?", grita un parroquiano. Otro le contestaba: "En Viña compadrito, en Jardín del Mar". Las tallas, inocentes para el local, generaban risas, pero a la vez hacían reflexionar sobre la belleza humana.
Las mujeres siguen desfilando y uno se da cuenta que la frase de Phineas Fletcher es la más pura verdad: "la belleza, cuando menos vestida, mejor vestida está".
Al final una de las candidatas se sacó la contumelia en el escenario, mientras Alonso nos llevaba la cuenta y sólo quedaba irse a dormir y soñar con esas largas e interminables piernas de mujer bonita.

ajenjoverde@hotmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://elobservador.wordpress.com/2007/06/07/se-parecen/

Anónimo dijo...

jua jua jajaja....la contumelia...de donde sacaste esa palabreja, la usaba mi abuela..pero decia contumenia..