8.18.2011

El poderoso power del vodka (Los copetes de mi vida 2° Parte)


Por Ajenjo

A finales de los años 80 empezaron a llegar las primeras botellas del famoso vodka ruso Stolichnaya a los supermercados del país. La botella, con un diseño bastante ordinario, no era muy cara y fue la puerta de entrada para conocer este exquisito trago que, personalmente hablando, tiene un terrible punch power energético en las neuronas.

Al principio los Stolichnaya venían sin dosificador de plástico y en botellas de tres cuartos y de litro. Corrían muchos rumores de que en Paraguay se falsificaban y el mito hablaba, incluso, de gente que había quedado ciega con este trago. Puras mentiras.
Cuando estaba en la universidad nos fuimos a veranear a Maitencillo. Con mi amigo, el arquitecto, nos comprábamos, por sólo 700 pesos, un vodka chileno llamado Siberia. Era como tomar alcohol de quemar y las cosas que nos pasaron, después de vaciar esa botella, están guardadas en la memoria de la risa y la vergüenza.
Con platita en el bolsillo pude conocer el Absolut y todos sus sabores. ¡Qué botella más linda y que licor más rico! Un brother me regalo la versión rockera de este licor sueco. Venía forrado con cuero y puntas metálicas. Lo mejor es guardar la botella en el congelador (no se convierte en hielo, solo se espesa) y si uno anda medio nervioso, mandarse un trago chico. Pasa por el gaznate como el mejor remedio para el cuerpo y la mente.
Para un recital de Andrés Calamaro, en el pésimo espacio Riesco, entramos, con un brother fotógrafo, unas petacas azules de un vodka llamado Sky. Cuando fuimos a comprar alguna bebida blanca para echarle, nos encontramos que no había nada de nada para mezclar. La bebimos al puritano y fue una experiencia bastante buena y distorsionada.
Diego Maquieira, el gran poeta, casi queda ciego con tanto vodka y dicen que el suelo de su casa llego a estar lleno de botellas. Ahora ya no bebe.
Las mujeres alcohólicas lo prefieren ya que no deja aliento y les permite pasar inadvertidas frente a su adicción. Personalmente creo que el buen vodka es un trago estimulante, que te lleva a buenas conversaciones, al baile y al carrete. Último consejo: denle harto vodka a una mujer que deseen... y después me cuentan.

ajenjoverde@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y después de leer tus historias con todos los tragos...te pregunto, que pacho con er tinto???? jajajajaj....
Por otro lado el vodka me encanta con ginger ale, el vodka de pera...jijiijiji. Saludos y gracias x entretenerme un rato con tus historias de alcohólicas de puerto! Maru!