5.26.2010

All Inclusive o el matrimonio más raro de mi vida


Por Ajenjo

Estoy en el matrimonio de la hermana del gimnasta Tomás González y puedo decir, sin titubeos, que es la boda más rara a la que he asistido en toda mi vida. Nos dijeron que una “machi de Limache” realizaría la sagrada unión, pero en vez de llegar una señora bajita y regordeta, llegó una rubia de ojos azules con pinta de neo hippie que dejó a todos locos. “Hermano viento, abuelo fuego, bendice a esta pareja”, decía en voz baja, mientras prendía fuego y salía un aromático humo.
Entre los asistentes había un tipo vestido de indio, con turbante y todo y cuando estábamos bastante ebrios, uno de los invitados temía que el excéntrico invitado explotara como un hombre bomba.
Ahora, aunque ustedes no lo crean, estoy escribiendo desde un carísimo cyber en República Dominicana, en esos hoteles gigantescos donde todo está incluido, celebrando mi luna de miel. Llegué el miércoles en la noche y tuve que viajar desde la capital Santo Domingo, hasta Punta Cana, en un distorsionado viaje en una van de tres horas y un poco más.
Dentro del auto iba una pareja de chilenos de la tercera edad que trabajaba vendiendo pescado y mariscos en una feria de Estación Central, en Santiago. Uno de sus hijos le había regalado el viaje. El chofer de la van, que era dominicano, se puso a despotricar contra los haitianos (con quienes comparten esta gigantesca isla caribeña), tratándolos de “demonios”, mientras el caballero le decía que “parecen monos”. Todo el racismo chileno en su máxima expresión.
Avergonzado de mis compatriotas llegué de noche a un resort ecológico. Al principio estaba tímido, pero poco a poco empecé a comer y beber como un cosaco. Anoche me acosté con dos cervezas en el cuerpo y tres piñas coladas de alto poder. Aquí no hay límites para nada y tengo miedo. En la mañana tomé desayuno y lo acompañé con un Bloody Mary (vodka, jugo de tomate, salsa de
tabasco y una rama de apio), comenzando una anestesia corporal y cerebral exquisita.
Puedo beber todo lo que quiera durante las 24 horas. Comer hamburguesas con papas fritas o “perros calientes” durante todo el día y tomar ron hasta caer tendido en la playa.
¿Sobreviviré?

ajenjoverde@hotmail.com

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