5.26.2010

Carreteando con Alejandra Alvarez o el mejor Shawarma de Valparaíso



Por Ajenjo


Estoy nuevamente en Chantiasco acompañando a mi esposa en algunos carretes familiares, cuando nos invitaron al bar Narciso, en Providencia. Estos bares santiaguinos son como si unos amigos arrendaran una casa, la pintaran de rojo, le pusieran un letrero y vamos para adelante.
El asunto era un cumpleaños y el festajado, como buen ciudadano santiaguino, no había puesto nada para tomar y unas ramitas y papas huachas eran el cóctel para calmar el estómago.
Bajé a la barra y me compré un gran ron de 3.300 pesos. El barman agarró los hielos con la mano y los depositó en el vaso (no soporto ese gesto, lo encuentro insalubre) y me lancé a beber.
De repente veo pasar a la famosa Alejandra Alvarez, quien estuvo involucrada en un escándalo de fotos de carácter pornográficas que salieron a la luz pública. Vestía un gorro y un largo abrigo y nos miraba como si nosotros fuéramos extraterrestres.
Yo la miré un rato, pero mi mujer se puso algo celosa y atiné a dejarla tranquila visualmente y dedicarme a mis rones.
Al volver a Valparaíso encontré un nuevo puestos de shawarmas al paso, ubicado en la calle Huito. Soy fanático de los shawarmas, como ya lo he dicho con anterioridad y éste es “onda fusión”. A los tradicionalistas no les gustará mucho, sin embargo amo estas mezclas de sabores y la combinación de colores y olores.
Las ensaladas son frescas y la salsa de ajo exquisita. Uno puede agregarle palta y otras cosillas para convertir el shawarma en una bomba de sabor. También hay creps y el más rico es el de manjar con salsa de chocolate.
Ojalá le vaya bien a estos chiquillos, que tienen una cocina abierta, donde uno ve los ingredientes y la limpieza con que preparan todo. Me gustaría que pudieran convertirse en restaurante y aumentar sus mezclas y sus inventos gastronómicos.
Cuesta emprender en la vida.
Personalmente he impulsado muchos proyectos que la mayoría se han caído en el camino, sin embargo sigo luchando y creyendo que en la vida, para ser feliz, hay que emprender, emprender y emprender.


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