8.13.2009

“Sumergidos” en el extraño mundo de Beto



Por Ajenjo

"¿Cuál es la mejor manera para hacer reír a Dios? Cuéntale tus planes sobre el futuro.
(Diálogo de la película "Bella" del director Alejandro Gómez Monteverde).

Estoy en la sala El Farol de Valparaíso deleitándome con la exposición "Sumergidos" del gran artista porteño Beto Martínez.
Sus cuadros tienen una torcedura tan especial, como si los rostros de sus modelos se estuvieran derritiendo en locura y decadencia.
Pocas veces paso a esta pequeña sala a mirar exposiciones, ya que muchas veces me he sentido perdiendo el tiempo y aburriéndome con instalaciones bastante malas.
Ahora veo la evolución de este artista y pienso que ya está entre los grandes y que su pintura es tan particular y fuerte que no deja a nadie indiferente.
A Beto lo conocí trabajando en el diario, sin embargo fue en los bares donde pude transar un par de conversaciones entretenidas. Es un tipo simpático y muy humilde, alejado de todas las convenciones sociales que podría tener un tipo que posee la genialidad en sus manos y cerebro.
Después lo vi muchas veces en el bar restaurante "Vinilo", del cerro Alegre, donde era un parroquiano más que junto a su grupo de amigos estaba todas las noches tomando ron y hablando sobre arte, política y mujeres.
Ahora veo su cuadro de una pareja desayunando desnuda y me quedo minutos tratando de buscar detalles y rincones eróticos, que fueron hábilmente escondidos.
Me dio nostalgia entrar a esta exposición y le pedí a mi novia que me invitara a almorzar al "Vinilo" para recordar esos años de largas charlas nocturnas.
Nos pegamos una media comilona ya que el menú de ese local porteño, con comida chilena de autor, está para chuparse los dedos y sólo habría que corregir un poco la carta de vinos.
Si pasa por la Sala El Farol, en Blanco 1113, péguele un vistazo a los cuadros y a lo mejor esa noche puede llegar a soñar en colores.
¡Buena Beto, te las mandaste!


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