1.18.2008

¡Corena a Viña!


Estoy en el palco del Festival de la Canción de Viña del Mar 2009, después de desembolsar 170 mil pesos en dos entradas y me siento nervioso y muy ansioso ya que en pocos minutos más saldrá Carmen Corena y los músicos del Cinzano para cerrar el gran espectáculo musical.
Carmen Corena viste un hermoso vestido azul, muy parecido al que utilizó en una gala en el terminal de Cruceros que organizó una multimillonaria naviera.
Ella es la primera que sale, mientras un foco la sigue por todo el gigantesco escenario. Sonríe tranquila, mientras en el fondo "Pollito" y sus brothers toman lo instrumentos.
Estoy rodeado de cuicos, pero no arrugo y saco una sabana blanca donde está escrito con pintura spray: "¡Grande Carmen Corena!".
Las cámaras de televisión me apuntan y el letrero se desplega hacia todas las pantallas del mundo. La cantante vuelve a sonreír y los primeros acordes del bolero La Hiedra resuenan por los parlantes y El Monstruo se hinca ante tan sublime espectáculo. Se llevan gaviota y 3 antorchas.
De repente un sonido que hace bip, bip, bip, me empieza a trastornar y despierto de este emotivo sueño. Apago mi celular alarma y me preparo a salir a trabajar.
El sábado pasado volví a meterme al Cinzano, a pesar de sus prohibitivos precios, y estuve sentado con Carmencita y muchos amigos degustando unas buenas whiskolas, que es mi nuevo trago veraniego.
Le volví a prometer a Carmencita que llenaríamos un carro del metro para llegar hasta Olmué y vitorearla en el Festival del Huaso este domingo 20 de enero, sin embargo, por motivos laborales no podré asistir y sólo los rayos catódicos emitidos por la tele serán mi compañía.
Ella me contó qué vestido usaría esa noche, "pero por favor no lo cuentes en el diario ya que a veces se te pasa la mano relatando intimidades", me replicó.
"Yo sólo escribo la verdad", le contesté tocándole su mano de artista verdadera y sintiendo que soy parte de la historia más profunda de los sobrevivientes de la bohemia porteña y que son comparados mundialmente con los Buena Vista Social Club, que ya han pasado de moda.
Titae Lindl, el gran bajista de Los Tres, es nuestro Win Wenders porteño, que se la ha jugado por mantener el más puro y verdadero patrimonio intangible de Valparaíso. Salud por él.

2 comentarios:

Fco Javier Saavedra C. dijo...

Salud!

Anónimo dijo...

grande carmencita corena! y grande ajenjo verde, que nos hace recordar a los mas valiosos artitas y bares de la extraña ciudad de valparaiso!!!

C.