11.20.2006

Gracias Carpintero!


"Estoy cansado de buscar,
algún lugar encontraré,
estoy malherido,
estuve sin saber que hacer, en algún lugar... te espero".

Algún lugar encontraré, Andrés Calamaro.


El vocalista de "La Radio Carpintero" se lanza al suelo y empieza a temblar como si tuviera un ataque epiléptico. Es el único imitador de Sandro que he visto en vivo y directo y es excelente.
Estoy en La Tertulia, en Valparaíso, tratando de pasar las penas amorosas con este show que me levantó un poco el ánimo. "Tira para arriba", me decían las Chicas Superpoderosas, que me ponían ron tras ron para que volviera a convertirme en el de siempre.
La banda "La Radio Carpintero" tenía la media explosión en el escenario. Tocaban temas de Zalo Reyes y cumbias famosas, y todo salían a contornearse.
Bastante dañado me voy al Cinzano, donde me encuentro con el humorista Palta Meléndez. Son las cuatro de la mañana y el cómico está en el mismo estado en el cual me encuentro yo.
Me voy para la casa arrastrando la pena y entonando canciones de Calamaro. En la mañana decido pedir perdón y viajar a Santiago en busca del beso que ya no tenía.
Antes de tomar la micro pase a comprar un perfume para que fuera mi escudo de entrada a la hora de la conversación que no quería escuchar. El regalo tenía la forma de una manzana roja que al abrirse entregaba su rico aroma.
Mi bella novia me recogió en el metro Manuel Montt y me dijo: "ahora tenemos que hablar". Saqué el envase plateado con una cinta blanca y la miré a los ojos con cara de perro degollado.
Ella entendió a la perfección y me dejó besarle su cuello y una breve comisura de sus labios. ¡Estaba perdonado y más enamorado que nunca!
Nos vinimos a nuestro Valparaíso querido y pensé: "Para rematar esta reconciliación sólo falta una rica cena con vinito tinto".
Nos fuimos a buscar sushi al nuevo restaurant de la calle Esmeralda, que está de moda. Mi novia, adicta a esa comida japonesa, pidió varias manjares que fueron devorados con ansiedad, mientras un rico tintolio nos amasaba las neuronas.
Después a la casa a terminar la reconciliación definitiva. Al otro día un desayuno con palta y huevos revueltos me dejaba como un rey, sin embargo las heridas cierran lentamente y hay que usar un buen cicatrizante.
Creo que el mejor Hipoglos para el amor es la comida, la bebida y los regalos, además de un buen show de un imitador de Sandro.
Agradezco públicamente a la orquesta "La Radio Carpintero", quienes al ritmo del cantante argentino y de Zalo Reyes, me dieron la fuerza de asumir las culpas y de rescatar lo prioritario y esencial que tengo en mi vida.
Muchas gracias.

ajenjoverde@hotmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uuuuuy, que duelen las penas de amor, estoy pasando por una y ahora ya ni tomo, que cosa es la que debo hacer?, muchos amigos me han dicho sus geniales ideas,y no puedo hacer nada. Amigo usted eligió bien el regalo, a mi me lo tiraron por la cabeza y se lo tuvo que comer mi sobrina......, bueno felicidades, saludos a los amigos de mi casi-trabajo y nada más que decir, solo pasé por aca......

con fraternal afecto
Sir Thomas Lock Essea

Daniela aliagha dijo...

k genial k fuiste perdonado, las mujeres tenemos k ser reconquistadas y con pequeñas cosas c logran, lo mejor es k no hay k perder el encanto ni el asombro.