8.18.2006

Sin cigarrillos no hay bares


Todo este alboroto por la nueva ley de cigarrillos me tiene algo nervioso... ¿Y si después les viene con el trago y hay que andar tomando escondido en el baño?
Creo sinceramente que en la esencia del bar está el humo del cigarrillo. El entrar a un recinto con aire limpio, sin gente que tosa, sin ceniceros repletos, sin la oportunidad de decir: "¿te enciendo el cigarillo, nena?", no tiene sentido alguno. Seguramente en un lugar así venderán leche o tecito o jugos naturales, pero no trago.
Personalmente, yo sólo fumo cuando bebo. Hace muchos años que no prendo un cigarro si no tengo al lado un vaso de cerveza, ron, vodka o una copa de tinto. No tiene sentido, para mi peculiar razón de la vida, estar fumando por nerviosismo, ansiedad o para pasar el tiempo.
Los vicios están encadenados. Al primer trago de piscola empiezo a mirar a mis brothers para que me suelten un tubo de nicotina. Nunca compro cajetillas, a menos que sea un evento especial, onda matrimonio o recitales de música, por eso siempre ando pidiendo tabaco.
El domingo pasado, antes de que la nueva ley empezara a regir, pasé por el Vinilo, en la subida Almirante Montt. Tenía ciertas dudas sobre la definición de ese local que los gringos aman tanto. ¿Sería un recinto para fumadores o no? Aproveché la presencia del dueño, quien no estaba muy al tanto de las nuevas medidas. "Sabes, yo creo que a la hora de almuerzo será no fumadores y en la noche fumadores". Le dije que estaba loco (siempre le digo lo mismo), ya que la ley obliga a definirse. "Es que los vendedores de cigarrillos me dijeron que podía usar ese método", replicó, generando las risas de los que escuchaban la conversación.
Está más que claro que la mayoría de los bares de Valparaíso serán declarados fumadores, incluso esta ciudad es como de fumadores empedernidos, ¿o acaso se imagina escuchando tango sin estar bebiendo un buen vino y fumando un cigarrito?
Los bares que se declaren no fumadores están perdidos, según mi humilde opinión.
Los fumadores empedernidos son como personajes de novelas. Tengo una amiga socióloga que se mete más de una cajetilla diaria. En el ambiente carretero se le conoce como "La Ronca". Su voz es muy sexy, sin embargo, desde la perspectiva médica debería dejar el vicio.
Cuando era joven y subía por Agua Santa rumbo a mi universidad a estudiar periodismo siempre encendía un cigarrillo Life. En esa época me gustaba echarme humo para dentro desde las ocho de la mañana y la cajetilla de 20 costaba cien pesos.
Una mañana, donde seguramente me encontraba con una caña severa, prendí el cigarrillo y una gran arcada casi me tira al piso. El organismo me estaba avisando, sin dobles lecturas, que ya estaba harto de ese tóxico humo.
Decidí sólo fumar cuando bebiera y lo he cumplido hasta hoy. Por esta razón, y muchas otras, abandonaré radicalmente los bares que no sean definidos como fumadores.
Es una promesa de vida y muerte.
ajenjoverde@hotmail.com
http://ajenjoverde.blogspot.com

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