12.13.2009

Adiós Yerbas Buenas, de vuelta al Cerro Alegre


Por Ajenjo


Esta es la mudanza número quince en mi vida y estoy chato de andar cargando mis libros y cuadros como un gitano de casa en casa; sin embargo, así es la vida y "solito se metió, solito salió".
Después de habitar casi tres años en un pasaje de la calle Yerbas Buenas, un vecino, con quien logré hacer buenas migas durante ese tiempo, me invitó a su casa para despedirme junto a mi novia. Le llevé de regalo un pisco "Alto del Crimen" y me encontré con una bonita recepción, con canapés de camarón, jamón-queso, pizzas y unos mostos de gran poder. Yo pensé que la recepción era para mi humilde persona, que abandonaba el pasaje, ya que también había otros vecinos; sin embargo, era el cumpleaños del dueño de casa, quien había aprovechado los festejos para invitarnos y despedirnos a nosotros.
Sin conocerme mucho, el anfitrión me puso una botella de litro de ron Havana en la mesa, lo que me transformó en un loro de siete lenguas y comencé a dar mi peculiar visión de todos los habitantes del pasaje. Todos se reían mientras hablaba. En algunas ocasiones escuchaba ooooooooo (de asombro) y en otras el cariñoso codazo de mi novia me alertaba que las
estaba embarrando.
Mi vecino se convirtió en mi amigo ya que, en algunas ocasiones, me llevaba en su furgoneta blanca desde la casa al trabajo. Su vehículo, a los que se les llama cariñosamente "pan de molde", tenía un sillón de living instalado en su parte trasera. De esta manera, muy cómodo y relajado, viajaba por la calle Yerbas Buenas hasta Esmeralda, conversando con mi vecino amigo de lo humano y de lo divino. Su esposa es encantadora y representan para mí el espíritu de la familia porteña, con un gran corazón lleno de amistad y buena onda.
Ahora vuelvo a mi cerro Alegre, donde viví diez años llenos de intensa aventura. Este fin de semana cargaré un nuevo camión con muebles y electrodomésticos y dejaré una casa y una familia vecina que me acogió siempre con cariño y amistad.
Hasta luego Yerbas Buenas y que se preparen en el Alegre...


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