8.11.2005

Luna negra


"Vivir correctamente significa vivir intensamente y vivirlo todo, lo bueno y lo malo a la vez, y en sus formas más intensas y embriagadoras"

Tres maestros, Stefan Zweig



Estoy con mi hijo esperando la micro "O" para que me lleve al cementerio de Playa Ancha, cuando desde un auto me hacen señas de reconocimento. El vehículo se detiene y observo que dos mujeres van sentadas adelante y dos niños atrás. "Súbete", me señala una de las chicas, que pertenece al poderoso pasado que uno nunca piensa que puede volver a resucitar.

Terminamos en mi casa con los niños corriendo y viendo películas, mientras nosotros nos bajábamos cinco cervezas de litro y hacíamos memoria de recuerdos bellos y chistosos, de una juventud de pelo largo y chalecos de lana multicolores, donde la alegría y la irresponsabilidad forrmaban parte de todo el día.

Ahora estamos coqueteando con las cuatro décadas y seguimos igualitos de buenos "para la chicha", sin embargo, la alegría está desapareciendo producto de las desilusiones amorosas experimentadas en el tiempo.

"Se acabó la época de llorar y las invito mañana a un festival sónico en un local llamado "Clan del Mar" en las Torpederas, donde tocarán varias bandas independientes", les señalé. La más entusiasmada fue "La Negra", una de esas almas donde se conjuga la potencia y la ternura sin límites.

Al otro día me levanté bien optimista, sabiendo que un atractivo panorama estaba por empezar. Descongelé una lasaña y me la engullí. Bajé al Cinzano y me mandé la primera cervecita de la tarde. Después me encontré con unos amigos, y en mi alegría interna, me rajé con dos botellas de colemono bien helado.

Bastante afectado volví a mi casa, donde esperé a las chiquillas con un ron Pampero y cositas para picar.

El recital estaba programado para las cinco de la tarde, pero una llamada telefónica nos alertó de que se había retrasado bastante. Seguimos bebiendo y sólo"La Negra" me acompañó a Las Torpederas.

Sentados en la barra continuamos la conversa hasta que el grupo Umbría en Calafate empezó su show. Después vino Olor a la Banda y terminó Dangan, unos muchachos que cultivan el "rock degenerado". La mayoría de sus integrantes viste falda y su vocalista se instala una máscara griega para cantar. Eran muy buenos y hasta hicieron bailar al público.

Con "La Negra" se nos había acabado el dinero y fuimos a beber los últimos tragos a una gigantesca terraza. La luna estaba casi completa y proyectaba el camino de plata en el mar hasta nuestros pies. Seguimos hablando sobre nuestras relaciones fracasadas, hasta que bajamos a bailar a la pista y las mentes se dispararon hacia galaxias más lejanas.

Cerca de la madrugada me fue a dejar a la casa. Nos despedimos rápidamente y abrí la puerta de mi hogar, mientras escuchaba que el vehículo descendía veloz, rápido, a toda máquina. Igual que mi pasado.



ajenjoverde@hotmail.com

No hay comentarios.: