¿Será un pecado tener amigos cuicos? Si son simpáticos, buena onda y generosos, no le veo el problema, salvo alguna discusión política que se puede generar producto de la masiva ingesta de vino tinto y ron.
Un amigo bastante cuico me invitó al cumpleaños de su esposa, quien también aprovechaba la ocasión para mostrar su nuevo busto de silicona que se había instalado hace algunas semanas.
La cita fue en un salón privado del Sushi Home, en Viña del Mar, donde doce comensales nos reunimos para festejar a la cumpleañera y de paso mirarle sus senos que brillaban bajo una hermosa polera con un gigantesco labio estampado en el frente.
Junto a mi mujer fuimos los últimos en llegar. Se estaban comiendo unas pequeñas empanadas de camarones, mientras servían vino y cerveza.
Un amigo brasileño me invitó a fumar a un supuesto balcón que estaba detrás de un ventanal. El balcón era simplemente el letrero del restaurante y nos soportó comodamente.
Unos mozos llegaron con unos barcos de madera que adentro traían el famoso sushi, plato principal de la noche. Nunca he sido fanático de este pescadillo crudo envuelto en arroz y lo considero una moda más en este modelo económico que copia lo que puede copiar, sin ninguna reflexión.
Una de las pocas cosas que rescato es el wasabi, una pasta ultrapicante, que se agrega a la soya para darle más sabor al pescado. Aproveché de contarle a los comensales que en una película gringa de jóvenes extremos, hay una escena donde se jalan el wasabi y terminan todos vomitando.
Mi mujer me lanzó un par de miradas que señalaban claramente que me ubicara, ya que todos estaban comiendo y disfrutaban el sushi y nadie quería detalles sobre una estúpida cinta gringa.
El esposo de la festejada, a pesar de su cuiquismo, tenía una botella de ron escondida debajo de la mesa. Me lanzó una mirada cómplice y me dijo que le pidiera al mozo una coca cola chica, "pero en forma bien inocente, para que no se den cuenta". Fue así como nos tomamos toda el dorado trago y escuchamos varios relatos sobre el sushi.
"El origen de esta comida está en un método prehistórico de escabechar el pescado, que se practicaba en el sudeste asiático. La gente de las montañas, alejada del mar, preservaba el pescado empaquetándolo en arroz, el que al fermentarse producía ácido láctico y éste actuaba como preservativo", decía una rubia que estaba bastante potable.
Le pedí detalles sobre el wasabi a la rubia con labios de flotador y me aclaró que era una mostaza verde típicamente oriental, "y su base está en el rábano". La muchacha era una experta, sin embargo no comía nada, ya que tenía que mantener su escultural cuerpo.
Al final terminamos todos bailando en un local egipcio, que estaba repleto de adultos jóvenes en busca de chiquillas más jóvenes, mientras el sushi se me movía en el estómago en forma nerviosa, como tratando de escapar por el maldito reflujo gástrico que padezco hace años.
ajenjoverde@hotmail.com
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