12.12.2012

Borracha conversación sobre el mall





Por Ajenjo
 
Para variar estoy en el Moneda de Oro, con mis brothers, celebrando que volví de mis pequeñas vacaciones por el norte chileno. En la mesa ya hay varias botellas de bebida que demuestran que muchos rones ya se han anidado en las neuronas de los comensales.
Alguien pregunta: ¿Están de acuerdo con el mall en Barón?
La interrogante, como una mecha de pólvora, incendio los ánimos y la conversa se puso al rojo vivo.
Hasta Dióscoro Rojas,que andaba promocionando el “18” chico que celebrarán en Valparaíso, se integró a la conversa, pero como estaba sobrio, poco pudo entender de la discusión.
La mesa se dividió en dos bandos. Los que estaban a favor decían que ese pedazo del borde costero estaba abandonado desde hace años y nadie había presentado propuestas serias relacionadas con el turismo o la entretención. A eso se sumaron argumentos relacionados con la oferta de trabajo y en el fragor de la conversa uno de los comensales gritó: ¿y en que puede trabajar una madre soltera porteña? Elmall es una buena carta”.
Mientras pedíamos más ron yo argumenté que los empresarios chilenos sólo estaban interesados en ganar dinero y no querían dejar ningún aporte arquitectónico a la ciudad. Les dije que soñaba con un borde costero como Puerto Madero, con una oferta gastronómica de lujo, a lo mejor un gran acuario, y un paseo marino para toda la familia.
Otro de los antimall señaló queValparaíso no era una ciudad globalizada, donde no habían tiendas de Mc Donalds, y en eso se basaba el encanto que atraía a miles de jóvenes europeos y extranjeros. “Si ponen el mall la ciudad ya no será diferente. Si quieren centros comerciales que se vayan aViña”.
Y así, como en un ring de box, los argumentos entraban y salían como puñetazos directos al cerebro. En un momento quedó el griterío pelado. Cada uno gritaba sus argumentos al aire y el espectáculo era hasta un poco decadente.
Al final no se pudo llegar a un acuerdo y todos quedamos cansados de tanto discutir. Recordé que en un período de la historia, se polemizó a muerte sobre el sexo de los santos.
¿Serán hombres,mujeres o asexuados?
No se lo que irá a pasar en Barón, pero la ciudad está dividida y discutiendo. Eso es bueno, sobretodo si hay una generosa cantidad de ron en la mesa.

ajenjoverde@hotmail.com

Benditos los buenos emprendimientos



Por Ajenjo

Cuando algo se hace bien enValparaíso se nota inmediatamente.
Es que esta ciudad es tan extraña y difícil, que generalmente todos los emprendimientos terminan mal, debido a que empezaron con el pie izquierdo o porque las ciudad los engulle, en una especie de canibalismo urbano.
El asunto es que el restaurante Bendita Pasta ha sido, como lo dice su nombre, toda una bendición para la plaza Aníbal Pinto y sus alrededores, que ha visto cometer crímenes patrimoniales tan grandes como la desaparición del famoso y tradicional Café Riquet y la aparición de una farmacia “a la antigua”(¡Santo Dios!).
El asunto es que partimos con unos amigos a almorzar en este local y conocer sus platillos italianos. Partí con un pisco sour al ají, que todavía me tiene las mucosas alteradas. ¡Que trago con más personalidad! Mi brother médico pidió unas bruschettas para animar el estómago. Creo que eran de queso de cabra, jamón serrano y lomo. Estaba muy ricas, crujientes y con sabor.
De segundo compartimos dos pizzas (éramos cuatro). Una era vegetariana y la otra con carne. Estaban exquisitas. El local tiene muy buena onda, se respira un ambiente de relajo y de buenos sabores que muy pocas veces se encuentra en esta ciudad.
Ojalá existieran más emprendimientos de este tipo, que podrían comenzar a cambiarle la cara a esta ciudad que muchas veces vaga sin rumbo, sonámbula, como flotando sin sentido en esta aventura llamada historia y vida.

ajenjoverde@hotmail.com

¿Y cómo les quedó el hígado?




Por Ajenjo

Después de estas maratónicas Fiestas Patrias, que para muchos todavía no terminan, sólo se me viene una pregunta a la cabeza: ¿cómo habrá quedado mi hígado?
Lo importante es que sobrevivimos y ya estamos listos para enfrentar nuevos desafíos con nuestro cuchillo y tenedor y la garganta muy afilada.
Personalmente partí septiembre cumpliendo un deseo que atesoraba hace varios años en el cerebro: conocer el Lago Chungará, en el corazón del altiplano nacional. El queme dio el empujón final fue el escritor Jorge Baradit, quien con sus tres primeros capítulos de su novela por entrega, “Lluscuma”, me invitó a conocer este ojo de agua del cíclope llamado Chile. Partí con mi hijo y mi mochila y llegamos a esta zona extraterrestre, donde las vicuñas, vizcachas y un musgo fantástico, crean un paisaje irreal, como de una película deTim Burton.
También visitamos Arica, de la mano de una cariñosa pareja, y pudimos ver a la famosa momia negra y las profundas cavernas formadas por rocas gigantescas, llenas de guano y de fantasmas de esclavos.
Fue poco lo que bebí en esa zona, ya que la altura te hace sentir raro, diferente. Incluso mi hijo sufrió un ataque de puna, donde su estómago se daba vueltas y su cabeza estaba a punto de estallar.
Al volver a Santiago no retorné a miValparaíso querido. Este año no ingresé a la ramada travesti de Zuliana, en el Parque Alejo Barrios, y decidí viajar al Lago Colbún, donde en medio de volantines y asados interminables se bailó la cueca de la alegría familiar.
Fueron largos e intensos días, donde todo comenzaba con una chelita mañanera, para después beber mostos de alta ley y terminar con uno que otro ron loco. La parrilla siempre estuvo prendida, con costillar, choripanes y lomo y terminábamos viendo películas y descansando en medio de un paisaje sacado de los bosques de Canadá.
Personalmente fue un 18 tranquilo, lleno de placeres de la buena mesa y con mucha conversación entrete y profunda. Ahora sólo queda pensar que hay que volver a la realidad y que todo este oasis de viajes y fiesta fue un paréntesis de relajo cerebral para enfrentar este último tramo del año.

ajenjoverde@hotmail.com

¡Cabros, con harta farmacia y mucho aguante para este “18”!



Por Ajenjo

Todos estamos muy conscientes de lo que comienza hoy es una maratón del carrete, una gran orgía de comida y bebida, donde los excesos son perdonados y el que no se cura es charcha. Los chilenos no somos buenos paras las fiestas, pero septiembre es como nuestro carnaval tropical, que tiene como protagonistas principales el vino, las empanadas y el asado.
De esta manera hay que estar preparado para lo que viene y mi mayor consejo, como dice un amigo argentino, es con farmacia y con aguante.Yo igual le agregaría agua, mucha agua.
Para evitar estar el domingo en la sala de urgencia de algún hospital local, recomiendo leer esto con atención y tratar de cumplir algunos mandamientos del borracho.
Lo primero, y más importante, es no curarse con apagón de tele ningún día. Es penca para todos los familiares, amigos, pololas y novias ver al socio llamando a Guajardo, hablando groserías, poniéndose violento o cariñoso con las mujeres de los demás. Desagradable, muy desagradable.

Cada uno sabe donde le aprieta el zapato y lo importante es no mandarse embarradas. En mi caso me pongo bueno para la talla grosera. La última vez estaba en un restaurante, con toda la familia y yo estaba pasadito.Me pregunta la garzona si me quiero comer un pescado llamado “vieja”y grito a los cuatro vientos con tono picaresco y desubicado: “Me encantaría comerme una viejita”. Se sintieron
algunas risas, pero las caras de la mesa decían: “Ya empezó el show”.

Volviendo al tema del maratónico 18 es trascendental ir a la farmacia y abastecerse de paracetamol y antiácidos. Después meter mucha agua al refrigerador. Con este material uno puede llegar del carrete y mandarse cuatro pastillas, tomar un litro de agua y acostarse más tranquilo.
Lo de la cerveza mañanera no lo recomiendo mucho, es mejor siempre comer antes de meterse licor. Por eso hay que picar lo que pille antes de ponerse elembudo y comenzar a tomar. Otro de los secretos infalibles es evitar la mezcla. Si comienza con una chelita, le sigue poniendo sus buenos vasos de vino y después remata con ron u otro destilado le irá mal, muy mal. Personalmente prefiero
llegar a un asado y empezar a tomar ron con cocacolita desde la mañana hasta la tarde... ¿O será muy borracho lo que estoy diciendo?
Ojalá todos sobrevivamos y esta columna aparezca la próxima semana.
¡Baco, cuídanos y protege nuestro cerebro e hígado!

ajenjoverde@hotmail.com

12.03.2012

Caníbal tinto




Por Ajenjo

Valparaíso, en su historia, debe haber tenido muchos centros neurálgicos del carrete. En algún momento la Plaza Echaurren, con la Subida Clave y sus alrededores (con Los
Siete Espejos incluido) reunía a los más granado de la distorsión humana. Seguramente las peleas de borrachos, los robos y las cuchilladas, eran parte de la rutina que a uno le podía tocar.

Seguramente el Parque Italia también fue en su tiempo lugar donde se tomaba y se bebía de lo lindo, con buena onda y uno que otro escándalo. Creo sin certeza, ya que no soy un historiador de la bohemia, que la Plaza O’Higgins y El Almendral también acogieron a la fauna buena para el tinto, el baile y el hueviche.
En los años 90 la Subida Ecuador fue el epicentro de la locura. Era el destape chileno, la apertura a la democracia, el rompimiento de las cadenas y todos se pusieron a jaranear de lo lindo.
Ahora, en pleno 2012, la Plaza Aníbal Pinto es el núcleo del carrete pesado. El fin de semana pasado una horda de borrachos arremetió con todo el inmobiliario urbano y destrozaron paraderos de micro, maceteros y semáforos.Todo un caos.
Siempre he vivido cerca de la Plaza Aníbal Pinto, que desde hace varios años la apodan CaníbalTinto, por la locura que a veces se forma. Al principio pensé que este lugar era una especie de manicomio de los perros callejeros. Onda que un perro empezaba a transmitir pesado y lo mandaban a juntarse con otros quiltros orates. En las noches la locura de los canes se desata y persiguen las ruedas de los autos a niveles extremos, incluso arriesgando su vida perruna. En el día todos duermen a pata suelta,
comosi estuvieran con la caña, de guata al sol.

En el último tiempo he asociado a la CaníbalTinto con los vendedores de panes con soya. Siempre me compro los que cuestan quinientos y tienen lechuga y tomate. Al principio eran los rastafari (que según un amigo se visten de esa forma sólo para justificar que son más volados que la cresta), pero ahora son una gama de punkis, alternativos y gente empeñosa que ofrece productos alimenticios.

Hace varios años, cuando protagonizaba duros carretes, pasaba por ese lugar casi en la madrugada. Íbamos en busca de la botillería del pelado Santiago, que dejaba de atender con los pajaritos...
Después llegó el Máscara y otros lugares de distorsión, que se sumaron al taquilla Cinzano
y al cambiode la subida Cumming.
La Plaza Caníbal Pinto es actualmente el centro del carrete porteño. Los turistas se mezclan con los punkis, los artesanos y el mundo porteño. Seguirán pasando cosas buenas y malas, como en todo lugar donde se vive la locura del alcohol.

En 10 años más ¿cuál será el lugar donde se mudará la bohemia extrema?

ajenjoverde@hotmail.com

Maldito agosto




Por Ajenjo

Cuando fui a ver la película deTevo Díaz sobre los sicópatas deViña del Mar, hace sólo algunos meses, pude conocer físicamente a Orlando Walter Muñoz. En esa ocasión le dediqué una columna especial, donde explicaba que había conocido a este enigmático intelectual, al que solamente había entrevistado por teléfono, en variadas ocasiones.
 “¡Larga vida Don OrlandoWalter y salga a tomarse una copita con sus amigos de vez en cuando!”, era una de las frases que remataba esa crónica y que lamentablemente actuó en contra, ya que el cinéfilo abandonó la Tierra para irse a vivir a otro plano de la realidad.
Murió.
Es que agosto es un mes maldito y por eso muchos festejarán hoy el haber pasado estos 31 días, llenos de frío, gatos y una onda rara en el espacio mental.
Supe que había muerto a través del Facebook, ya que la hija del poeta Juan Luis Martínez colocó en su muro la triste noticia.Quedé para adentro, al igual que el periodista rockero René Cevasco, ya que muchas entrevistas, dudas y conversaciones, quedaron truncas con la desaparición física de OrlandoWalter Muñoz.
La última vez que hablé por teléfono me contó de su proyecto de tres monólogos teatrales.Me pidió que le consiguiera actores que fueran físicamente aceptables para montar su espectáculo. Le dije que lo intentaría, pero la garra de la “pelada” acabó con todo.
Ahora me imagino a Orlando Walter Muñoz destapando una botella de vino y conversando perpetuamente con Aldo Francia , Juan Luis Martínez y Raúl Ruiz sus amigos del cine y la literatura.
Así es la vida, así es la muerte.

ajenjoverde@hotmail.com

11.30.2012

Ya nunca más tomaré solo en un bar.... Ahora tengo a mis virtuales amigos del Facebook




Por Ajenjo

Pensé en escribir sobre el carrete que m emandé en Mantagua, donde se me apagó la tele a puro vino tinto y tuve que ser copiloto de mi señora. ¿O mejor redacto la sensación que me dan los afiches de los políticos que me miran desde los postes como buitres a un cadáver en el desierto?
Mientras pensaba todo esto me encontraba en el living de mi casa, que es la segunda mesa del bar Moneda de Oro (después de los veteranos jugadores de dominó), con un gran ron con cocacola y mi nuevo celular con conexión a internet. Ninguno de mis amigos llegaba y me dije: “mientras los espero, me conecto al Facebook y hago mis comentarios”.Y así nomás fue.Y pasó el tiempo, nadie llegó, y me tomé como tres rones con mis virtuales compinches.
Entre trago y trago colocaba un“me gusta”o ponía una frase contra los postulantes al sillón alcaldicio o simplemente miraba fotos, comoun trastornado vouyer telefónico.
¿Estará bien esto?
No lo sé, pero son los tiempos que nos tocó vivir.
El día que se meapagó la tele en Mantagua llegué a mi casa y mi santa esposa me mandó a dormir a otra pieza (no porque estuviera enojada, sino que su hermana estaba cuidando a la guagüita y bla, bla..). El asunto es que, al parecer, abrí el notebook y me metí al Facebook con la cabeza totalmente en Neptuno. Al otro día, tipín 10.30 de la mañana, me desperté y me dije: “por la reflauta, ayer parece
que entre al computador y seguramente me mandé puras embarradas”.

Prendí rápidamente el notebook, con el corazón acelerado y las neuronas en una batalla mental, yme encontré con la frase: “todos los comentarios que he escrito están influenciados por el trago... Perdonen”.
Después de ver el registro de actividades,me percaté que no me había mandado tantos errores como pensaba y que esto del Facebook se estaba transformando en algo medio complicado.
Nunca he sido una persona buena para tomar solo. Son contadas con la mano las veces que me he bajado una botella solo. Soy bebedor social de tomo y lomo.Defiendo y respeto mi posición.
Pero ahora, con esto del Facebook en los teléfonos, puedo perfectamente ir a tomar solo a cualquier barra, desplegar la pantalla y ponerme a beber con compañía. Me he encontrado soltando las medias carcajadas con los comentarios de la gente, mientras me empino mi vaso con agua de fuego. Está más que claro que las cosas están cambiando, que la soledad, que alguna vez experimenté en una barra de bar ya no existirá más. Ahora sólo basta apretar unos botones y meterse a ese adictivo mundo del“me gusta”.
¿Qué les espera a nuestros hijos?

ajenjoverde@hotmail.com

Realismo mágico en Valparaíso





 Por Ajenjo

Mi cuñada y su novio, santiaguinos por esencia, llegaron a Valparaíso a visitarnos. En la noche, luego de comer mi ultimo invento, ñoquis tres estaciones, partieron hacia el centro de eventos El Huevo, a escuchar un grupo de reggae y zangolotear el cuerpo bailando sin cesar.
Llegaron comoa las cinco de la mañana y a la hora del desayuno nos contaron que estaban impactados con un grupo de enanos que también había decidido ir de parranda a El Huevo y bailaban y festejaban como locos.
“Eran como siete y tomaban como cosacos. Bailaban entre ellos o con personas altas y le ponían todo el empeño posible. Andaba uno que sale en el programadel Kike Morandé y era como el jefe.Todos se movían juntos y andaban de sala en sala, bailando todos los ritmos y bebiéndose todos los tragos”, relataba la impactada pareja. El público de El Huevo actuaba frente a ellos en forma normal, “pero era todo un espectáculo verlos, ya que se rajaban bailando reggaetón y cumbia”.
Les dije que así era Valparaíso, extraño, como una novela de realismo mágico de la década del 70, donde todo puede pasar (bueno y malo) y a cualquier hora.
El lunes pasado, y todavía pensando en los enanos, salí de la pega como a las 10 de la noche y me encontré, en la calle Esmeralda con el tremendo funeral de Bomberos. Unos 200 efectivos, todos con antorchas y trajes de gala, desfilaban lentamente.Varios carros bombas los acompañaban y en uno, que iba al medio del cortejo, iba el cajón con el difunto.
Los bomberos enfilaron por la Subida Ecuador, camino al cementerio.Todo el mundo se quedaba callado con el paso del singular desfile. Muchos aprovechaban a sacar fotos con sus celulares. El espectáculo era sobrecogedor, incluso a mi me dio hasta un poco de miedo, ya que la calle estaba oscura, encajonada, y las antorchas emitían un singular brillo.
Al final terminé en el bar Moneda de Oro pidiendo un ron con coca cola, mientras le relataba todos estos hechos a los parroquianos. Muchos me miraron con poca cara de asombro, como si lo que describiera fuera normal en esta ciudad.
A veces pienso que aquí están todos locos y que soy uno más de esta gran banda de chiflados.

ajenjoverde@hotmail.com

11.26.2012

La porfía de retornar a Peñuelas



Por Ajenjo

Desde hace cuatro años que, con un alocado grupo de amigos, comenzamos a organizar asados en Peñuelas, en el sectordel lago y a pesar de la lluvia, los resfríos, la humedad y el cansancio, nuevamente copamos ese hermoso sector porteño y le dimos al vinito, los roncolas y la buena onda en general.

Todo comenzó cuando mi brother fotógrafo decidió celebrar su cumpleaños en un lugar natural. ¿Y dónde puede ser? La primera opción que salió fue el Jardín Botánico de Viña del Mar, pero la falta de agua, las avispas africanas y la cercanía entre una parrilla y otra parrilla nos hizo descartar este lugar.

¿Y Peñuelas?, dijo un loco.Y así fue como comenzamos esta especie de tradición, donde algunos protagonistas no cambian y todos los años se suman nuevos actores, que siempre terminan con los labios morados (por el vino, no por el frío) y la cara cansada de tanto reírse.
Hay un amigo que tiene un transporte escolar y lleva a los que no sabemos manejar. Su señora
se sacrifica y no bebe alcohol y cuando nos retiramos tiene que soportar a una sarta de curaditos que va tirando tallas de grueso calibre, enmedio de las risas de los niños.

Esa es una característica importante del paseo, ya que muchos invitados van con sus hijos y se junta una patota que ha ido creciendo con estos paseos. Algunos llegaron muy niños y ahora están entrando a la adolescencia y es chistoso ver sus cambios de conducta y de intereses.

Nosotros, los viejos, seguimos siempre en la misma. Métele chupar, comer, tirar tallas groseras, contar mentiras y reírse sin parar.Todo en un escenario natural maravilloso.

A pesar de que hemos sido testigos de cómo el agua del lago ha ido desapareciendo, todavía se respira algo poderoso en Peñuelas. Es que estar en la naturaleza, en el pasto, en el aire puro, con árboles gigantescos, no tiene precio. Es comosi todo el estrés, los problemas y los dolores de cabeza, se diluyeran enmedio de estos paisajes.

Y ya estamos organizando el próximo paseo...

ajenjoverde@hotmail.com

11.23.2012

Siguiendo los consejos de Titae





Por Ajenjo

El escritor Víctor Rojas decidió acompañarme al recital que dieron Los Tres en el Teatro Municipal deValparaíso, y lo cité a las 20 horas, enel bar Renato, para que calentáramos motores con un ron. Llegué primero y me bajé un tragullo en la barra, que estaba bueno, bonito y barato (2.400 pesos). El local tiene una tele que emitía un partido de Iquique contra un equipo cuyo nombre no puedo recordar. Había un jugador con el nombre y apellido de mi hijo yme entretenía con el relato del periodista deportivo.
Caminamos por PedroMontt hasta llegar al recinto porteño, donde el grupo LosTres daría un recital acústico.
Nos conseguimos unas entradas al final del palco y cuando comenzó el espectáculo saqué mis tradicionales petacas del bolsillo y pudimos observar el show con varios tragos del dorado licor cubano.
El show estuvo bueno, pero yo conozco sólo los primeros discos de Los Tres. Después no los seguí escuchando, y tocaron varias canciones que eran desconocidas para mi. Se proyectaban películas en las paredes, que estaban bastante entretenidas. Incluso se tocaron una canción que tenía pedazos de frases de Pinochet.
Ala salida decidimos seguir los consejos del bajista de Los Tres: Titae. Lo había entrevistado en la semana y me dijo que “ahora enValparaíso la lleva El Rincón de lasGuitarras”.
Partimos a ese local de calle Freire, que estaba repleto de gente que cantaba y disfrutaba de la buena música.
Nos sentamos en la barra a beber un ron yme percaté que los dueños del local habían pegado la entrevista a Titae en una pared. Con mi alcohólica voz le dije a una señora detrás de la barra: “yo escribí esa nota”. La mujer me agradeció yme dijo que hace como cinco años había aparecido El Rincón de las Guitarras en una columna en La Estrella firmada por una persona de nombre Ajenjo.
“Ese soy yo”, le dije modulando al ritmo del ron y la señora nuevamente agradeció la publicación.
Titae tenía razón, El Rincón de lasGuitarras la está llevando.
Se nota en la piel la buena onda de los parroquianos y hay cuecas sonando durante gran parte de la noche. Es como caer en una máquina del tiempo y pasar a un Valparaíso histórico, bohemio, y de largo carrete.
Salimos como botón de camisa del local y nos fuimos a comer unos sanbiruches a esos carritos de Bellavista.
Nos despedimos junto ami amigo, mientras en mi cabeza todavía rondaba la canción: “un amor violento nos deslumbró, un amor violento nos fulminó...”.

ajenjoverde@hotmail.com

Cosecha láctea




 Por Ajenjo

Cuando vi a un grupo de mujeres amamantando a sus hijos en forma libre y abierta afuera del Congreso Nacional, en Valparaíso, en una actividad llamada “Tetada”, recordé el fin de semana que viví en Santiago, donde después de un año mi mujer, que hace cuatro meses tuvo a nuestra hija Sara, pudo carretear libremente.
Desde hacía varias semanas que la veía congelando mamaderas con leche materna en el refrigerador. Le pregunte: ¿qué onda? Me respondió que la idea era irnos a una noche romántica en el Hotel San Francisco, en Santiago, para revivir esa llama que está algo apagada y además comer rico y tomar  buenos vinos.
Y así fue como partí a Santiago, dejando por primera vez sola a nuestra pequeña hija, que quedó feliz  con su cooler lleno de leche congelada y en los brazos de mi bendita y querida suegra.
Llegamos al hotel y nos fuimos a una piscina temperada.
Después llegamos a la habitación y nos habían dejado una botella de champaña (que ahora se llama espumante) y decidimos mezclarla con Red Bull, para tener fuerzas y bajar al restaurante Bristol, donde habíamos reservado para cenar. “Yo voy a sacarme la leche y botarla, ya que está contaminada”, me sentenció mi señora, mientras yo empinaba el codo.

En el restorán, que es uno de los más pulentos que he ido en mi vida, desde el punto de vista gastronómico, pedimos una entrada de locos en tres versiones, dos platos de pescados y un postre.
El mozo nos rellenaba las copas de vino con un mosto de alta calidad y mi mujer bebía como un camello en el desierto.Tenía que aprovechar.
Cuando el mozo vino a pedir el bajativo, mi esposa apenas modulaba.Yo hice de traductor (ella siempre lo hace) y le expliqué al garzón que no quería nada, cuando verdaderamente estaba diciendo que la decoración del local era como un restorán austriaco de los años 20.
Después volvimos a la habitación, donde en cuestión de segundos mi señora cayó (no en mis brazos), sino en los de Morfeo. Dormía plácidamente y en su cara había una sonrisa de oreja a oreja.

En la mañana nos mandamos el tremendo desayuno, conocimos el centro cultural GAM y el Barrio Lastarria (¡qué bonito!) y rápidamente fuimos a reencontrarnos con nuestra hija, a quien ya casi no le quedaban sus mamaderas congeladas.
Ahora habrá que esperar una nueva cosecha láctea para poder revivir estos momentos que estuvieron muy entretes.

ajenjoverde@hotmail.com

¿Libros o una botella de buen copete?



 Por Ajenjo

Nuevamente estuve de cumpleaños y mis amigos se vieron enfrentados a un gran dilema al momento de elegir el regalo queme llevarían: ¿un libro o una botella de copete?
Me he podido dar cuenta que en la vida hay dos cosas que me encantan: la literatura y el alcohol. Las dos cumplen con la misma función, que es sacarme de la realidad y llevarme a lugares mentales diferentes, donde generalmente soy más feliz que en el llamado “aquí y ahora”.
Mi hijo, que tiene once años de edad, sacó plata de sus ahorros y se fue a meter a una librería de textos usados. El, que conoce mis gustos a la perfección, le dijo al comerciante que deseaba libros de ciencia ficción.Me contó que justo su profesora de lenguaje (nuestro antiguo castellano), pasaba por el lugar y le aconsejó comprarme “Azazel”y “El hombre bicentenario”, ambos del gran Isaac Asimov. Me los entregó en papel de regalo y lágrimas de emoción cayeron desde mi cerebro al corazón.
En la tarde comenzaron a llegar mis alcoholizados y locos brother. Muchos llegaban con botellas y libros, asegurando que mis dos grandes deseos fueran saciados.
Una bella abogada me regaló “Los juegos del hambre”, de Suzanne Collins. Hace poco dieron la película y por suerte no la fui a ver al cine. Es que si primero veo el argumento en pantalla grande, después me cuesta mucho leer. Es como si alguien, con anterioridad, se imaginara los personajes y las situaciones y todo este gran juego de la imaginación se volviera fome.
Otra amiga apareció con Altiva música de la tormenta, de Camilo Marks. Medijo que el autor estaba más loco que yo, y se fue en medio de grandes carcajadas.Atrás mi brother médico me regaló “No al lucro”, de Alberto Mayol, que es un como un filósofo político que deja muyen claro cuál es el actual
cáncer de la sociedad.
Otra colega de pega, junto a su esposo, me obsequiaron un compilado de los cómic de los Freak Brothers, esos locos marihuaneros que apuntan a destruir los pilares mismos de la sociedad yanqui.
Uno de los títulos inquietantes me lo obsequió una periodista y un fotógrafo. Es un libro de Jon Ronson que se llama “¿Es Ud. un sicópata? " La contratapa dice que "es un viaje alucinante a través de la industria de la locura" y que postula que muchos que habitamos esta sociedad tenemos características sicóticas y que habría que reestudiar las definiciones de locura.
Eso me quedó más que claro en la fiesta de mi cumpleaños, cuando miré el comedor y pensé que se había quedado abierta la puerta de un manicomio y puros locos lindos habían llenado la sala para festejar un año menos de mi vida. Por eso, que en medio del vino y del ron, gritaba esa canción que el periodista de rock, René Cevasco (que no llegó al festejo), vociferaba en las calles en sus momentos de locura: “Alla va la muerte y me está esperando, allá va abajo en la enramada...”.

ajenjoverde@hotmail.com

11.21.2012

Viudo de invierno

 



Por Ajenjo

Durante el pasado fin de semana largome tocó trabajar todos los días, lo que motivó a mi mujer a emigrar, junto a mi hija a Santiago, dejándome solo como un dedo y en un estado de “viudo de invierno”.

Una noche recibí la llamada de mi brother, quien se encontraba en la misma situación.Me dijo que estaría tomándose unos tragos en el bar Ritual, ubicado en AlmiranteMontt.
Fue así como llegué a ese pequeño y tradicional local, que tiene a esa mujer de mosaicos en su barra. Pedí un vodka yme dijeron que se había acabado, pero mi alcohólicamente no se desesperó y opté por el ya conocido roncito con coca cola. El local es bastante agradable y cómodo e invita a la buena conversa. Esa noche había un show, donde un cantante, de unos 70 años aproximadamente, entonaba temas clásicos que pasaban desde tangos tradicionales hasta temas de Frank Sinatra.
El artista colocaba una pista y se lanzaba con un tremendo vozarrón, sacando los aplausos de los parroquianos.
Nunca he sido un cliente asiduo de este bar. He pasado un par de veces en mi vida, pero me gusta su
onda de amistad honesta.
Mi brother estaba obsesionado en continuar la parranda en La Piedra Feliz.Yo traté de detenerlo, pero fracasé. Fue así como tuve que pagar 8 lucas por la entrada, que incluía un trago. Este local
tampoco es mi parroquia. En la parte de abajo el promedio de edad eran señores y señoras de 45 años,
que escuchaban rock clásico por los parlantes y bebían mientras se reían de sus historias. Algo personal me pasa que no encajo en este lugar, por más empeño y trago que le ponga. Pero bueno, la libertad individual me permitió, a los diez minutos de haber llegado, sacar las alas y partir a un cumpleaños al Cívico, ubicado al lado del irlandés cervecero.

Ahí me esperaban varios periodistas, con los que batimos la lengua por horas. Un mozo me dijo que, como yo era parte del cumpleaños,me podía vender dos cortos de ron y una bebida en 3.500 pesos (onda subsidio). Le dije que sí altiro y me tomé dos ofertas, que (sumado a lo que ya había ingerido) me dejaron bastante dañado. Al otro día terminé, junto a mi brother, desintoxicándome en los Baños Turcos y comiéndome una empanada de pino y otra de marisco en Las Famosas y esperando que mi mujer y mi hermosa hija volvieran rápidamente para regalonear.
¿Me creen?

ajenjoverde@hotmail.com

Las mejores costillitas de mi vida





Por Ajenjo

Siempre he sido un fanático de las costillas de chancho asadas.Mi padre las hacía regularmente los fines de semana y yo dejaba los huesitos sin nada de carne en el plato. ¡Llegaban a brillar!
Hace algunos meses nos fuimos con los brother a un asado en una casa en las parcelas orgánicas de San Pedro, cerca de Quillota.Mi amigo oftalmólogo se mandó unas costillas de lujo, que las había comprado en la chanchería San Marcos, de calle Rodríguez. Explicaba que el secreto era asar muylento la carne y a una buena altura del fuego. “Se tienen que dorar”, sentenció y nos
mandamos un plato que nos llegó a sacar lágrimas de felicidad y que bajamos con una buena dosis de
tintolio.
Mi mismo brother me dijo que las mejores costillas estaban en un restaurante llamado RubyTuesday que está en las inmediaciones de la Avenida San Martín enViña. Junto con todo el familión y otros amigos partimos el sábado pasado a conocer esas famosas costillas y tengo que decir que son las más ricas (y caras) que me he comido en toda mi agitada vida. La carne, de una blandura y sabor potente, se salía solita del hueso. El plato venía acompañado de alitas de pollo con una salsa hot que me dejó con la boca anestesiada ¡Qué delicia!Al parecer el secreto de estas costillitas es que las dejan cocinar por muchas, muchas, muchas horas.
Con mi brother nosmandamos una cerveza, una botella de vino y rematamos con un pequeño ron.
Nos fuimos caminando y bastante chispeados hasta una feria de diseño en la Avenida Libertad, que estaba más aburrida que bailar con la hermana.
La lección final es que en gastronomía lo que se hace lento y con calma fijo que queda rico.

ajenjoverde@hotmail.com

¿Cuándo uno es alcohólico?




Por Ajenjo

Este país es de gente curada.
Desde que uno es chico que observa como la parentela se reúne a beber cerveza, vino y licores fuertes y todos la pasan bien hasta que algún tío se saca la cresta, se pone cuático, habla estupideces o vomita.
Hace poco me encontré con un amigo de la universidad y recordábamos, tomando un trago en un bar, que muchas veces no entrábamos a clases y nos íbamos a chupar a las escaleras o al cementerio de Recreo, enViña del Mar.
El diálogo era el siguiente (nueve de la mañana): “¿Alguien va a entrar a la clase de inglés?”. Tres o cuatro destacados alumnos movían sus cabezas en forma negativa y partíamos a comprar cervezas a una botillería.A las doce del día el asunto continuaba con un ron Caribean (de 450 pesos) y Coca Cola.
Si no había plata (ya que se ocupaba el dinero para las fotocopias y la micro) se mezclaba el licor con jugo en polvo.Todo un elixir neuronal.

Los mismos compañeros que tomaban casi todos los días en la universidad, son los que actualmente continúan bebiendo como cosacos en su vida diaria. La mayoría vive normalmente. Tienen sus trabajos, una que otra separació nmatrimonial, hijos y problemas como todos. Casi ninguno ha ido al siquiatra y no ingieren pastillas para eliminar los caldos de cabeza.Todo se soluciona con un buen ron.
Repito: este país es de gente curada.

Pero, ¿cuándo uno es alcohólico? Muchos dicen que cuando se pierde todo: la mujer, los niños, el trabajo, los amigos y la dignidad.Otros teorizan con la cantidad de lo que se toma.Todos los días y estás frito.También te preguntan: ¿tomas solo? Si respondes afirmativamente, estás en problemas.
Desconozco porqué algunos salimos más buenos para tomar que otros.Dirán que tenemos trancas ocultas o que queremos olvidar algo traumático.No lo sé. Cuando los licores entran a mi cuerpo y a mi cerebro, me siento más feliz, más buena onda. Las cosas que me preocupaban se disuelven y parecen no tener importancia. Surge la risa fácil y la conversa profunda.Uno se relaja y se siente
contento.

¿Y qué pasa si uno llega a un evento en una casa o local y no le ofrecen trago?
Yo opto por retirarme.

ajenjoverde@hotmail.com

En busca de la empanada perdida



Por Ajenjo

Voy con mi santa y hermosa esposa a buscar a unos amigos santiaguinos al terminal de buses de Valparaíso, en un soleado día invernal. ¿Adónde los llevamos a comer empanadas?, fue la gran duda que nos inundó la cabeza de machas, ostiones, camarones y mucho queso.
Una de las alternativas fue el restaurante que está ubicado en el Muelle Barón, donde lo único bueno que me he comido ahí han sido las empanadas. Pero como el “cara de gallo”estaba en su máximo esplendor decidimos partir a Cochoa, a buscar las delicias de un local ubicado al frente de la playa, donde desde hace decenas de años voy en búsqueda de esos ricos manjares.
Nos fuimos por Gómez Carreño, ya que nos habían advertido que el caminoViña-Reñaca está lleno de desvíos y trabajos, que están provocando un taco descomunal.Al llegar a Cochoa nos encontramos que el restaurante D’Lamari estaba cerrado, sin ninguna explicación: ¡Plop!

Rápidamente alguien gritó ¡a Las Deliciosas de Concón! Fue así como emprendimos rumbo a la ciudad costera para comer esas ricas camarón queso. Fuerte fue nuestra impresión cuando el tradicional local estaba con un cartel que decía: “cerrado por vacaciones”.
Ya no sabíamos qué hacer. La baba ya se nos caía de hambre y terminamos en La Perla del Pacífico, sentados al aire libre, frente a la señora que fríe las empanadas. Yo me comí dos de mariscos, una camarón queso y una loco queso.Quedé peinado para atrás, tocando batería y con el ombligo parado. Las de mariscos eran gorditas y traían de todo. Las de macha se deshacían en la boca. Las de loco estaba un poco secas, por lo tanto tuve que bajarme tres cervezas para despejar el guargüero.
Después caminamos por la playa, mientras comentábamos lo complicado en que se había transformado poder comprar unas empanadas y disfrutar del sol invernal frente al mar.

Yo estoy decidido a aprender a cocinar empanadas.
Ahora estoy comprando la masa que venden en los supermercados y las mezclo con camarón y queso.Mi mayor deseo es poder hacer una masa delgada, crujiente y sabrosa y que el relleno tenga ese queso lechoso y los productos del mar sean frescos.
 ¡Qué cosa más rica!

7.20.2012

Rock and roll y lluvia

 Por Ajenjo

Una pareja de amigos santiaguinos llega a mi casa para conocer a mi hija. Les tengo que decir que la pequeña, junto a su madre, se fueron a la capital y que se conformarán sólo con mi entretenida presencia.
Nos bajamos varias latas de cerveza, mientras una suave llovizna caía sobre la ciudad. Descendimos hasta el Moneda de Oro, donde me tomé un ron, y continuamos hasta llegar a La Cantera, donde se desarrollaría un festival de rock.
Al parecer llegamos muy temprano ya que no había mucho público. Nos cobraron mil pesos la entrada y compramos botellones de litro de cerveza. La pareja de santiaguinos estaba impactada con el lugar, que es una antigua bodega de ladrillos.
Nos sentamos en unos viejos sillones, al lado de la mesa de sonido, mientras seguíamos bebiendo la cervecita. El primer grupo que salió a tocar era hardcore. El vocalista aullaba como si le estuvieran quemando los...dedos de los pies.
Éramos como 20 personas las que observábamos el show. De repente alguien del público, al parecer un amigo, le quitó el micrófono y se puso a aullar lo mismo.Todo era inentendible
y cuático.
En un segundo divisé a la integrante femenina de Fatiga de Material.Me acerqué y chachareamos un poco, pero se fue rápidamente. Estaba como ocupada. Fui a ver amis amigos.Mi brother dormía profundamente con la cabeza apoyada en un parlante. Estaba botando el estrés santiaguino.Yo seguía empinando botellones de cerveza. Llegó más gente al recinto.
Como a las 2 de lamañana nos fuimos sin escuchar a la mitad de los grupos anunciados en el afiche. Llovía como si el mundo se fuera a acabar. Lanzaban baldes del cielo y nosotros los recibíamos. Llamé un taxi que nos fue a buscar cerca de la Plaza Echaurren y nos bajamos en la Subida Ecuador, donde nos comimos unos sanbiruches para matar el terrible bajón de hambre.
Llegamos a la casa mojados como diuca y al otro día bajamos en busca de unas cazuelas.Yo me empecé a sentir mal y me di cuenta que la mojada aventura de la noche se transformaría en un maldito resfrío.
Ahora recién me estoy recuperando y ya me preparo para el recital llamado Marginalia.
Ojalá no llueva.

ajenjoverde@hotmail.com

Mi papá era cuático






 Por Ajenjo

Mi padre murió hace muchos años y los recuerdos que tengo son cuáticos, ya que él era una persona bastante especial y que, con la educación que nos entregó, formó un hijo diputado, otro periodista y un tatuador en Brasil.
¿Cómo tanta diversidad entre los hermanos?
Mi padre era especialista en educación. Estudiaba las formas con que el cerebro lograba contener la información y se metió en el mundo de la computación mucho antes que la mayoría de las personas.A mi hermano mayor lo sometía a procesos de lectura desde muy niño.Yo me escondía debajo de la cama y escuchaba relatos de JulioVerne, de Salgari y hasta de Isaac Asimov. Mi mente volaba con todo eso, pero lo percibía de pasada, no directamente.
Mi padre se tuvo que ir del país el año 1973 y terminamos todos viviendo enVenezuela. Ahí creó, junto a otros chilenos, la Universidad Nacional Abierta, que fue el primer centro de educación a distancia en ese país. Casi se convierte en rector, pero tuvimos que volver al oscuro Chile de los ‘80.
Mi padre a veces perdía los estribos y nos pegaba. A mí me golpeó varias veces porque mentía.Una vez inventé que a mi hermano lo había atropellado un camión. Mi madre cayó en la histeria y a mí
me cayó un puño sobre la espalda.
Mi padre identificaba las cualidades de sus hijos y las trabajaba. Se dio cuenta que yo era medio artista y me metió a un taller de teatro con el León Mauricio. Montamos la obra “Pinocho”(yo era el
protagonista) en el ya desaparecido Cine Olimpo deViña del Mar, en el segundo piso. Hacíamos matiné todos los domingos y el recinto se llenaba. Mi papá fue a todas las funciones y lo vi emocionarse.
Mi padre era bueno para el copete.Todas las noches se tomaba dos o treswiscolas (que yo le preparaba).A finales de mes el trago mutaba a piscola. Le encantaba beber vino con los amigos y pasarlo bien (cosa que heredé).
Mi padre era exigente con las notas del colegio. Si yo tenía números rojos tiritaba cuando tenía que llevarle la papeleta celeste o amarilla (del Seminario San Rafael). Me castigaba duro cuando fracasaba intelectualmente.
Mi padre me dio miedo muchas veces y eso opacaba el amor que podía sentir por él, pero al final siempre lo admiré.
Para un cumpleañosme dejó la primera edición de “American Psycho”en la cama y yo quedé para adentro.
La única vez que vi llorar ami padre fue cuando murió su madre, mi abuelita Ana. Nos abrazamos tan fuerte que nunca más olvidé ese dolor. Ese mismo dolor heavymetal que sentí cuando él murió.

ajenjoverde@hotmail.com

Una constante en mi vida: los cactus


 
Por Ajenjo

Los cactus son plantas raras, cuáticas, que muchas personas encuentran feas y peligrosas. Personalmente, y sin quererlo, han sido el integrante del mundo vegetal que más me ha acompañado en mi distorsionada vida y he podido establecer una peculiar conexión con ellos que muchas veces ha sido sangrienta, romántica y espacial.
Una de mis primeras experiencias con los cactus fue con los scout del Instituto Rafael Ariztía, en Quillota. Estábamos en un fundo cerca del sector de Colbún oTalca (no tengo claridad ya que han pasado decenas de años) y veníamos de una larga caminata de dos días. De pronto me paré al costado del camino (como la canción de Fito Páez) y me caí directamente a un gran cactus. Alcancé a poner el brazo y las agujas se clavaron en la piel y músculos como si fueran un jabón. Mis amigos me sacaron
y me llevaron rápidamente hasta el campamento central, donde un hermano marista, con una gigantesca lupa, me sacó una por una las espinas y me entablilló el brazo por si las moscas.
Años después, en un loco viaje aMéxico, junto a una chilena artista del grabado, visité una  comunidad de los indios huicholes, en la ciudad de Real de 14. Observé como tomaban peyote, un pequeño cactus alucinógeno, y el mundo se les convertía en un caleidoscopio lleno de locura y  verdad.
Cuando nació mi primer hijo me regalaron un pequeño cactus del tipo San Pedro y lo cuidé por 11 años. Creció dos metros ymedio y tuve que dejarlo abandonado en un patio, en mi última mudanza, con un gran dolor en el corazón. Estaba como traicionándolo.
Ahora queme compré una casa me encontré en el patio con más de 12 tipos de cactus diferentes. La antigua propietaria los amaba y hay de todos los portes, incluso uno gigantesco. En el último partido de la selección chilena, emocionado por los goles y el ron, salí al patio y me agaché para observar algo en la tierra. Al levantarme una espina se clavó en mi cabeza, haciéndome una pequeña herida que sangró por algunos segundos. Mis amigos me dijeron que tenía que cortar ese tremendo árbol lleno de peligrosas púas. Creo que, por mis hijos, tendré que hacerlo, pero me dará mucha tristeza podar el tremendo ser verde.
Creo queme gustan los cactus porque son raros, como yo.

ajenjoverde@hotmail.com

En el paraíso de los freak

Por Ajenjo

Una señora canosa, de 50 años aproximadamente, está vestida como un Jedi de la Guerra de las Galaxias. A su lado un grupo de amigos está uniformado como los actores de la serie Star Treek. Por mi lado pasa Mistique, la bella mutante de los X  Men y quedo con la boca abierta, incluso un poco de baba se me cae al suelo. Más allá los socios del Guasón conversan con El Comediante, deWatchmen.
En el baño está Flash, que ocupa un urinario al lado de un carabinero de uniforme. Afuera Wilma y Dafne,de la serie Scooby Doo, se comen un completo y toman bebidas.
¿Qué es esto?, se puede preguntar un lector desprevenido. ¿Serán visiones de un deliriums tremens provocado por la excesiva ingesta de alcohol del autor de esta crónica?
¿Serán más mentiras?
No. Se trata del evento llamado Concomics, que el fin de semana se desarrolló en la Estación Mapocho, en Santiago y que pude visitar motivado por mi hijo de once años de edad.
Se trata de la reunión más grande de los fanáticos de las revistas de comic, de las series de televisión, de las películas y especialmente de los superhéroes.
La cuarta partedel público estaba disfrazado, con trajes terriblemente pulentos y que motivaban a los no disfrazados a sacarse fotos. Eso era todo un acto de orgullo y mi hijo pudo inmortalizarse al lado de sus personajes favoritos.
Lo más freak que pude ver fue un tipo que estaba vestido en las piernas con un traje de soldado imperial de La Guerra de las Galaxias. Arriba tenía una polera de Superman y llevaba la chaquetilla de Freddy Mercury, el vocalista de Queen. La mezcla era rarísima y en un momento empezó a sonar por los parlantes una canción del grupo británico, y el tipo se volvió loco y empezó a bailar como un enajenado. Mi sobrino, que nos acompañaba, me dijo, “debe estar drogado”. Le contesté: “Las drogas no son
tan potentes, el tipo está rayadísimo”.
Estuvimos másde cuatro horas caminando y asombrándonos
en el recinto. Entramosa una carpa de los seguidores de Los Archivos Secretos X y pudimos operar a un marciano, onda Rosewell.
Personalmente encontré espectacular todo el show y lo mejor de todo es que lo disfrute sin tomarme ninguna copita de licor, ¡ni siquiera una cerveza chica!
Y eso es todo un logro personal, ya que a veces creo que la vida sólo puede ser entretenida a través del vidrio de una botella.

ajenjoverde@hotmail.com

7.01.2012

El día en que conocí al mítico OrlandoWalter Muñoz







Por Ajenjo


Partí el viernes pasado a ver el documental “Pena de muerte”, del cineasta Tevo Díaz, que estaba programado en el Centro Cultural Ex Cárcel deValparaíso. Me compré mi petaquita de ron y mi bebida de medio litro, las camuflé piolamente y subí por Cumming, en dirección a esa antigua prisión. Cuando llegué me encontré con muchos amigos, que eran protagonistas del documental sobre los sicópatas deViña del Mar, que dejaron marcado con fuego a toda una generación, entre los cuales me incluyo.
El asunto es que uno de mis brother me presenta a OrlandoWalterMuñoz, a quien personalmente lo considero todo un ídolo del periodismo nacional, una especie de mito viviente, un hombre secreto, clandestino, que sólo había entrevistado en forma telefónica y que siempre he admirado desde todo punto de vista.Un escritor con una pluma maravillosa, que profundiza hasta herir, sin dejar lágrimas.Un adicto al cine. En el fondo, un superhéroe de las letras chilenas, autor de la letra de la primera canción de rock del país y de cientos de artículos que te dejan peinado para atrás, tocando
batería y mirándote el ombligo.
Inmediatamente le metí conversa. En un momento quería confirmar si verdaderamente me encontraba
junto a él y le pregunté: ¿Cuál es su nombre? El me contesto: soy Felipe Camiroaga.
Me senté junto a Orlando Walter y comencé el trasvasije de mi bendito licor.No se si él se dio cuenta, pero era un tema que no le interesaba mucho.Vimos el documental y después nos separamos en el cóctel. En un momento me llamó mi bella esposa y me dijo las palabras mágicas “es hora de que estés en la casa”. Miré a mis brother y ellos también comenzaban su descenso desde la ex cárcel, hasta el plan deValparaíso.
Fue así como menfui con OrlandoWalter conversando hacia tierra firme. Le dije que a la película le faltó la recreación de una violación, pero que esa era difícil de llevarlo a la pantalla grande.Me nombró una cinta, que al parecer tenía un bestial ultraje, pero que ahora mis alcohólicas neuronas no lo recuerdan. Entre conversa y conversa,OrlandoWalter se cayó de bruces al pavimento y quedó estirado, cuan largo es. En cuestión de segundos lo levanté y seguimos charlando, como si nada hubiera pasado. Al final nos despedimos y yo tenía la certeza de que sería una de las pocas veces que estaría al lado de este superhéroe de las letras chilenas. ¡Larga vida DonOrlandoWalter y salga a tomarse una copita con sus amigos de vez en cuando!


ajenjoverde@hotmail.com

6.22.2012

Charly García: El inmortal


Por Ajenjo

El primer recital de rock que fui en mi vida fue el de Charly García con Celeste Carballo en el  Valparaíso Sporting Club. Corría el año 1986 y las autoridades viñamarinas, de ese tiempo, le negaron el estadio Sausalito. El argentino terminó tocando “Demoliendo hoteles”, enmedio de nuestros gritos. Los colados entraban por todos lados y los carabineros, montados a caballo, los perseguían por el recinto.
Fue una de las primeras veces que vi gente fumando marihuana y me asusté. Fue un recital tremendo, poderoso y quedé para siempre con la imagen del hombre del bigote albinegro tatuada en mis neuronas auditivas. Años antes había ingresado a Chile y se había encadenado en el antiguo CongresoNacional, en Santiago, en contra dela dictadura militar de Pinochet.
Muy pocas personas supieron esto y sólo salió publicado en la ya desaparecida revista
La Bicicleta. Es que Charly siempre fue cuático y aunque no“quería vestirse de rojo” sus
temas siempre fueron políticos y con mucho poder social.
De ahí para adelante seguí a Charly a todos lados. En un recital de Sandra Mianovich en el Festival de Olmué, en la década del 90, un músico argentino me aseguró que ya estaba listo para morir y que todos esperaban su suicidio o su sobredosis final.Nada de eso pasó.
Después asistí a un Ritoque Beach Party, donde llegó en remplazo del hijo de BobMarley. Quedé peinado para atrás con su energía.
Aquí enValparaíso lo vi tocar en el desaparecido pub The House of Rock. Fue un recital sorpresa, con Charly tocando el piano con una botella de Jack Daniel, que la bebía en forma compulsiva. Fue más que intenso.
Después pude escuchar su show en la QuintaVergara, cuando su guitarristaMaría todavía estaba viva. Salió en silla de ruedas y quedó el falso rumor que se había hecho caca en el camarín. ¡Puras estupideces!
Ahora viene a Chile a celebrar sus 60 años. Dicen que comienza el recital con sus temas de Sui Generis y termina con su último disco. Dicen que son cuatro horas y que el polémico cantante ya dejó todos sus vicios de lado y ahora es un dinosaurio ambulante y mítico.
Yo estaré ahí, en el ArenaSantiago, el próximo 24 de mayo, aunque me digan que Charly ya no es Charly. Para mi este cantante es inmortal y pienso reventarme cantando “yo no voy entren,voy en avión”.
¡Aguante CharlyGarcía!

ajenjoverde@hotmail.com

6.18.2012

Cancato porteño




Por Ajenjo

Uno de mis platos preferidos que estoy cocinando en estos tiempos lo he bautizado como“Cancato
porteño”, ya que trato de prepararlo con la mayor cantidad de ingredientes que sean emblemáticos de Valparaíso.
Lo primero que hice fue llamar por teléfono a la chanchería Sethmacher para preguntar si tenían longanizas blancas y rojas. Me dijeron que sí y de remate me llevé un salame y un jamón lomito que me lo comí con palta molida arriba de un pan batido calientito(¡me salieron hasta lágrimas!).
Después compré unos filetes de albacora en los carritos blancos de la calle Pirámide (nunca se si es albacora o tiburón, pero me da lo mismo) y un buen queso en uno de lo snegocios de esa comercial
arteria.
También me aprovisioné con unos pimentones rojos y verdes, cebolla morada, tomates, unos buenos
ajíes y papelmetálico. Les avisé a misamigos y les dije: “lleguen con el puro vinito blanco”.
Fue así como instalé una cama de cortes de longanizas, después la cebolla, el tomate, cortes de pimentones, pedacitos de ají, el filete de pescado, el queso rayado arriba y vamos para el horno. Todo bien enrrolladito en papel metálico.
Mis amigos llegaron con una buena dosis de vinosblancos y el día estuvo exquisito. Eramos seis y destapamos seis botellas. Una por nuca.Todos encontraron exquisito el “Cancato porteño”.
En la noche salimos a ver la luna gigante que habían anunciado,pero nadie vio nada por lo nublado del cielo y de la mente. ¡Es que el vino blanco es de temer!

ajenjoverde@hotmail.com

Bajo el implacable sonido del metal





Por Ajenjo

Una de las herencias artísticas más fuertes que me quedaron de la década de los 80 y 90 fue el gusto por la música extrema, específicamente el thrash, el death, el speed y el heavy metal. Esas baterías ultra rápidas sumado a potentes guitarras y vocalistas con voces de hombres primitivos, me producen un sentimiento de hipnosis cerebral y me llevan a un estado de relajación neuronal que sólo puedo alcanzar con algunos licores.
El asunto es que me fui a meter al Metal Fest en Santiago. E lmega recital había empezado el sábado, pero por un asunto económico y de resistencia física, opté por ir sólo el domingo, para escuchar a  Exodus y Kreator, entre otros grupos europeos y americanos.Me acompañaba mi brother, amante de estos ritmos, y antes de ingresar al Movistar Arena, decidimos lanzarnos una parrillada, acompañada de pisco sour, vino tinto y algunas cervezas.
Mi socio había comprado cuatro petacas de minibar para ingresar al recital. Dos de whisky y dos de
ron. Decidimos, mientras viajábamos en el metro, tomarnos las dos escocesas y dejar las pequeñas dosis de ron para el recital.
Para que no se las pillaran se las metió en el zapato y caminaba como el Jorobado de Notre Dame, en medio de mis risas.Todo salió bien.Ya adentro fuimos a una feria de ropa y discos. El stand máspoderoso era el de “Los Ángeles del Infierno”, esa secta de motoristas que nació en Estados Unidos y que tiene sus cultores en Chile. Los loquitos daban miedo por su aspecto rudo y sus barbas.Tenían poleras espectaculares.También había una tienda de ropa de guagua rockera.A mi hija recién nacida le compré un pilucho de diabla, con alas y cola incluidos.

Adentro delMovistar Arena el asunto era terrible de fuerte. En el centro de la cancha se armaba un huracán humano, donde cientos de chascones y pelados giraban a una velocidad extrema.Vi niños de 5 años agitando su cabeza y a dos gordas agarrándose a coscacho limpio.
Los alemanes de Destruction me dejaron con las neuronas al aire libre.Después vino Exodus y Kreator, con un telón de fondo que tenía un gigantesco demonio griego. Habíamos llegado a las 4 de la tarde y ya eran las 2 de la mañana. El cerebro me quedó como una esponja y gracias
a mis tapones para los oídos no quedé definitivamentesordo.
¡Larga vida al rock and roll y al metal más extremo!

ajenjoverde@hotmail.com

6.15.2012

Cambio en el equipo: Salen los marineros y llegan los estudiantes



Por Ajenjo

Debido al nacimiento de mi hija y a la ley de Tolerancia Cero (que a mi no me afecta directamente, pero sí a mis brothers), ha bajado considerablemente la cantidad de alcohol en mi cuerpo, generando que ande por la ciudad más sobrio y despierto, percatándome de muchas situaciones que suceden en este extrañoValparaíso del nuevo milenio.
Iba caminando por afuera del supermercado de Bellavista y me detuve a observar a los vendedores de palta que se colocan en la calle y a quienes siempre les terminó comprando y arrepintiéndome en la casa, ya que la mitad de los productos vienen aporreados y podridos.Uno de los vendedores, un guatón con sus brazos tatuados con símbolos delWanderers y de calaveras, le dice a un gringo: “¿De qué parte delmundo soy tu? El rucio muchacho le responde que de Inglaterra y estira su mano para recibir la bolsa con las negras paltas. El guatón le dice que las inglesas son muybonitas y que si le puede presentar a una de sus amigas. El gringo sonríe como sólo lo hacen los gringos y se retira del lugar.
A pesar de que el Valparaíso de los marineros extranjeros ya es cosa del pasado y de las pinturas de
Ilabaca, la presencia de gente de otros lugares del planeta Tierra sigue siendo una constante. Se fueron los tripulantes y llegaron los estudiantes de intercambio, generando que esta onda multicultural de la ciudad siga viva.
Dicen queValparaíso, y todas las ciudades puerto del mundo, son más tolerantes que las demás urbes. El convivir con gente de otras nacionalidades y razas amplia lamente.Aquí ya es una tradición ver grupos de hermosas rubias, de metro ochenta, que se pasean riéndose, mientras la masa de porteños las mira con una cara de asombro y lujuria.
Muchos quedan enganchados con esta ciudad y vuelven, después de terminar sus estudios, a trabajar y vivir. Ellos seguramente ven algo que nosotros no vemos y miran más allá de la caca de perro en las veredas, la basura acumulada en las esquinas y las paredes llenas de firmas de graffiteros raperos. Me da la sensación que los gringos que se quedan pegados conValparaíso ven honestidad, transparencia, humildad y mucho humor en sus habitantes. Algo que seguramente, en sus frías ciudades europeas o norteamericanas, no encuentran.

ajenjoverde@hotmail.com

Entre el poeta Moro y los Fiskales


Por Ajenjo

“Dicen que los nazis son muchos, pero nosotros somos muchos más y les vamos a dar la tremenda pelea a esos (garabatos)...”, grita con toda su fuerza Alvaro España, vocalista de los Fiskales Ad-hoc, grupo punk que hace una semana reventó el Bar La Aduana en un recital donde terminé más loco que una cabra.
Antes de llegar a ese concierto fui al Salón Rojo de la Piedra Feliz, donde el poeta Enrique Moro lanzó su último libro de poesía.A este escritor lo conozco desde que estudiaba filosofía, en 1988, en la facultad de la Universidad Católica, que quedaba detrás de la QuintaVergara.
Fue ahí donde, por primera vez, lo vi recitar sus textos siempre cargados de humor, mal amor y política contingente. Me pareció un tipo poderoso y después me lo encontré en su desaparecido bar llamado Emile Dubois (el santo asesino). Ahí le regalé mis libros y comenzamos una amistad donde el vino siempre ha tenido un protagonismo principal.
Me lancé dos piscolas en cuestión de segundos dentro del local, mientras escuchaba los poemas del Moro, que él calificó como“hediondos de malos y ojalá los críticos me despedacen”. A mi me parecieron buenos, sencillos y que reflejaban la intensa vida de este agitador cultural deValparaíso. Después partí al recital con mi brother amante de la música extrema. Dos gorilones rapados y vestidos de negro controlaban la puerta. La entrada tenía el rostro de Piñera y costaba cuatro luquitas.
Cuando llegamos estaba tocando el grupo Púa, que lidera el guitarrista Fish de Floripondio. El público, ya convertido en mono, se azotaba como loco en ese gran ritual de golpes llamado pogo o slam. Dicen que lo inventó Syd Vicious, de los Sex Pistols. Ahora, bajo el prisma de los 40 años, ver ese espectáculo es impresionante.
Después salieron los Fiskales y dejaron la patá. A su vocalista lo conocí hace muchos años, cuando se lo llevaron preso desde el escenario de la QuintaVergara, en un recital de beneficio. ¡Quedó la cagá!
Ahí le regalamos una revista que hacíamos con los periodistas René Cevasco y Leonardo Palacios, pero eso ya es otra historia.
Me tomé como 20 vodkas y tres cervezas y quedé mal, muy mal. Llegué a la casa con el piloto automático y mi muje rme esperaba con el uslero y una cara terrible. Casi duermo junto al perro en el patio, pero al final todo se solucionó. ¡Menos mal!

ajenjoverde@hotmail.com