Por Ajenjo
Una pareja de amigos santiaguinos llega a mi casa para conocer a mi hija. Les tengo que decir que la pequeña, junto a su madre, se fueron a la capital y que se conformarán sólo con mi entretenida presencia.
Nos bajamos varias latas de cerveza, mientras una suave llovizna caía sobre la ciudad. Descendimos hasta el Moneda de Oro, donde me tomé un ron, y continuamos hasta llegar a La Cantera, donde se desarrollaría un festival de rock.
Al parecer llegamos muy temprano ya que no había mucho público. Nos cobraron mil pesos la entrada y compramos botellones de litro de cerveza. La pareja de santiaguinos estaba impactada con el lugar, que es una antigua bodega de ladrillos.
Nos bajamos varias latas de cerveza, mientras una suave llovizna caía sobre la ciudad. Descendimos hasta el Moneda de Oro, donde me tomé un ron, y continuamos hasta llegar a La Cantera, donde se desarrollaría un festival de rock.
Al parecer llegamos muy temprano ya que no había mucho público. Nos cobraron mil pesos la entrada y compramos botellones de litro de cerveza. La pareja de santiaguinos estaba impactada con el lugar, que es una antigua bodega de ladrillos.
Nos sentamos en unos viejos sillones, al lado de la mesa de sonido, mientras seguíamos bebiendo la cervecita. El primer grupo que salió a tocar era hardcore. El vocalista aullaba como si le estuvieran quemando los...dedos de los pies.
Éramos como 20 personas las que observábamos el show. De repente alguien del público, al parecer un amigo, le quitó el micrófono y se puso a aullar lo mismo.Todo era inentendible
y cuático.
En un segundo divisé a la integrante femenina de Fatiga de Material.Me acerqué y chachareamos un poco, pero se fue rápidamente. Estaba como ocupada. Fui a ver amis amigos.Mi brother dormía profundamente con la cabeza apoyada en un parlante. Estaba botando el estrés santiaguino.Yo seguía empinando botellones de cerveza. Llegó más gente al recinto.
Como a las 2 de lamañana nos fuimos sin escuchar a la mitad de los grupos anunciados en el afiche. Llovía como si el mundo se fuera a acabar. Lanzaban baldes del cielo y nosotros los recibíamos. Llamé un taxi que nos fue a buscar cerca de la Plaza Echaurren y nos bajamos en la Subida Ecuador, donde nos comimos unos sanbiruches para matar el terrible bajón de hambre.
Llegamos a la casa mojados como diuca y al otro día bajamos en busca de unas cazuelas.Yo me empecé a sentir mal y me di cuenta que la mojada aventura de la noche se transformaría en un maldito resfrío.
Ahora recién me estoy recuperando y ya me preparo para el recital llamado Marginalia.
Éramos como 20 personas las que observábamos el show. De repente alguien del público, al parecer un amigo, le quitó el micrófono y se puso a aullar lo mismo.Todo era inentendible
y cuático.
En un segundo divisé a la integrante femenina de Fatiga de Material.Me acerqué y chachareamos un poco, pero se fue rápidamente. Estaba como ocupada. Fui a ver amis amigos.Mi brother dormía profundamente con la cabeza apoyada en un parlante. Estaba botando el estrés santiaguino.Yo seguía empinando botellones de cerveza. Llegó más gente al recinto.
Como a las 2 de lamañana nos fuimos sin escuchar a la mitad de los grupos anunciados en el afiche. Llovía como si el mundo se fuera a acabar. Lanzaban baldes del cielo y nosotros los recibíamos. Llamé un taxi que nos fue a buscar cerca de la Plaza Echaurren y nos bajamos en la Subida Ecuador, donde nos comimos unos sanbiruches para matar el terrible bajón de hambre.
Llegamos a la casa mojados como diuca y al otro día bajamos en busca de unas cazuelas.Yo me empecé a sentir mal y me di cuenta que la mojada aventura de la noche se transformaría en un maldito resfrío.
Ahora recién me estoy recuperando y ya me preparo para el recital llamado Marginalia.
Ojalá no llueva.
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