Los textos de "El fondo tiene un vaso" han sido y se siguen publicando en el diario "La Estrella de Valparaíso" (www.estrellavalpo.cl) todos los viernes y consisten en una crónica urbana, personal y literaria de la actual bohemia de este puerto chileno. En el periódico se editan bajo el título de "Crónicas de Medianoche". Se publican hace nueve años.
1.03.2007
El eterno retorno
Por Ajenjo
No se por donde empezar.
Me desaparecí todo dicembre, ya que necesitaba salir de los teclados y las pantallas y dedicarme a refrescar la mente para enfrentar nuevas batallas periodísticas.
Partí en el Earthdance 2006, donde junto a mi hijo y mi novia acampamos tres días con miles de neohippies que bailaron al ritmo del futuro, en un sector diseñado por el poeta Raul Zurita: Picarquín.
Después volé a Buenos Aires, donde en medio de una lluvia canté los mejores temas de Andrés Calamaro, en el mítico estadio Obras y me enteré de la muerte de Pinochet el mismo día que nació Carlos Gardel, en el cementerio de Chacaritas, tomando vodka en el Palacio de la Pizza.
En la mitad del mes caí enfermo de amigdalitis y me tuve que inyectar milllones de penicilina y permanecer atado a la fiebre.
Me recuperé para los Carnavales Culturales, donde fui testigo de un histórico recital de Alvaro Peña, quien cantó su tema más polémico y censurado en varios países del mundo.
Vi parte del concierto sinfónico con temas de Victor Jara, acompañado de veintañeros que bebían cajas de vinos dulzonas y refrescantes. Quedé hipnotizado por una batucada brasileña y unos monos gigantes que danzaban con el carnaval.
Observé una de las funciones de títeres más freak, donde los niños quedaban llorando y los padres eran insultados irónicamente por las punzantes frases del hombre marioneta.
Sólo me quedaba enfrentar el Año Nuevo y abrí las puertas a un loco grupo de santiaguinos, con quienes nos disfrazamos para la noche aquella y con sombreros locos y trompetas de cartón removimos aún más la afiebrada noche porteña.
Recuerdo, con algunasobvias lagunas, estar en el Mercado del Barrio Chino, comiendo una sopa de machas a las 9 de la mañana, mientras la conexión entre el cerebro y la lengua ya se encontraba totalmente destrozada.
Ahora hay que volver a la realidad. Olvidar todas esas botellas, conversaciones y gente amable que desfiló ante nuestros ojos.
Hay que volver a la realidad, a la cruda y verdadera realidad.
ajenjoverde@hotmail.com
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