1.26.2007

Babel porteña


Aunque en Valparaíso hablamos el mismo idioma, muchas veces nos encontramos con personas que están conversando en otra onda, otra frecuencia, que los convierte en extranjeros para uno.
En el mundo de los bares eso pasa muy seguido ya que el exceso de copas puede convertir a un hombre en un loro de siete lenguas, en un mudo, en un mentiroso compulsivo, en un sabelotodo o en un caballero muy educado.
Muchas veces en el Bar Inglés, con mi brother médico, escuchamos las conversaciones del propietario del local. Es una persona muy agradable y simpática, quien siempre pide prestado el diario La Segunda y nos interroga con preguntas como: ¿Saben ustedes cómo las serpientes llegan a este mundo?
En la Moneda de Oro también hay personajes que hablan en lengua bohemia, como el garzón Fernando, que hace poco se cayó de la hamaca de su casa y se rasmilló toda la oreja ¿Será verdad esa versión?
Para que hablar del Cinzano, que es como la Babel bohemio por excelencia, donde además de encontrar muchas lenguas y orejas alcohólicas, se acumula la experiencia de años de circo en el Puerto querido.
Todo esto está relacionado a que estoy tratando de tener un período de desintoxicación, ya que una noche donde nos bajamos seis botellas de colemono todavía resuena en mi hígado, el héroe de mi cuerpo.
Para poder escaparme de las tentaciones voy al cine en forma compulsiva y en esta ocasión me encontré con un filete de película: “Babel”.
La película muestra Marruecos, Japón, México y Estados Unidos. Desnuda a sus habitantes y sus complejos, mostrando las diversas facetas del animal humano.
Cuando las películas provocan fuertes remezones en mi cerebro, no importa de que tipo, siento que la entrada está bien pagada. Aquí fue la angustia de los personajes lo que me sobrepasó y salí bastante dañado del cine, con ganas de apagar esa sed eterna que anida en mi cabeza.
Me gusta Valparaíso porque está lleno de gente mutante, que viviendo en su propia ciudad a veces se convierte en extranjero, alterando esta loca geografía del deseo y la distorsión humana.
Brindo, con agüita de la llave, por las diferencias físicas y cerebrales de los porteños. Definitivamente los hombres no somos iguales.

ajenjoverde@hotmail.com

1 comentario:

Revista Burdel Abierto dijo...

Ola doño, lod escubri e xactamente leyendo un día domingo creo la famisilla Estrella. Lo felicito oiga es facil leerlo como comerse un pard e chiripanes conun yasta incluido. Y el e scritod e la subida cumming le falto lugares mitios pues oiga, espoero que se haga la version 2.0


M e despido nos vemos en cumming la peregrinacion del fin de semna porteño