Por Ajenjo
Mi padre murió hace muchos años y los recuerdos que tengo son cuáticos, ya que él era una persona bastante especial y que, con la educación que nos entregó, formó un hijo diputado, otro periodista y un tatuador en Brasil.
¿Cómo tanta diversidad entre los hermanos?
Mi padre era especialista en educación. Estudiaba las formas con que el cerebro lograba contener la información y se metió en el mundo de la computación mucho antes que la mayoría de las personas.A mi hermano mayor lo sometía a procesos de lectura desde muy niño.Yo me escondía debajo de la cama y escuchaba relatos de JulioVerne, de Salgari y hasta de Isaac Asimov. Mi mente volaba con todo eso, pero lo percibía de pasada, no directamente.
Mi padre se tuvo que ir del país el año 1973 y terminamos todos viviendo enVenezuela. Ahí creó, junto a otros chilenos, la Universidad Nacional Abierta, que fue el primer centro de educación a distancia en ese país. Casi se convierte en rector, pero tuvimos que volver al oscuro Chile de los ‘80.
Mi padre a veces perdía los estribos y nos pegaba. A mí me golpeó varias veces porque mentía.Una vez inventé que a mi hermano lo había atropellado un camión. Mi madre cayó en la histeria y a mí
me cayó un puño sobre la espalda.
Mi padre identificaba las cualidades de sus hijos y las trabajaba. Se dio cuenta que yo era medio artista y me metió a un taller de teatro con el León Mauricio. Montamos la obra “Pinocho”(yo era el
protagonista) en el ya desaparecido Cine Olimpo deViña del Mar, en el segundo piso. Hacíamos matiné todos los domingos y el recinto se llenaba. Mi papá fue a todas las funciones y lo vi emocionarse.
Mi padre era bueno para el copete.Todas las noches se tomaba dos o treswiscolas (que yo le preparaba).A finales de mes el trago mutaba a piscola. Le encantaba beber vino con los amigos y pasarlo bien (cosa que heredé).
Mi padre era exigente con las notas del colegio. Si yo tenía números rojos tiritaba cuando tenía que llevarle la papeleta celeste o amarilla (del Seminario San Rafael). Me castigaba duro cuando fracasaba intelectualmente.
Mi padre me dio miedo muchas veces y eso opacaba el amor que podía sentir por él, pero al final siempre lo admiré.
Para un cumpleañosme dejó la primera edición de “American Psycho”en la cama y yo quedé para adentro.
La única vez que vi llorar ami padre fue cuando murió su madre, mi abuelita Ana. Nos abrazamos tan fuerte que nunca más olvidé ese dolor. Ese mismo dolor heavymetal que sentí cuando él murió.
ajenjoverde@hotmail.com
1 comentario:
No sé si lo sabrás, pero ahora en la Escuela de Pedagogía donde trabajó, dicen que pena, algunas secretarias lo han escuchado. Yo no he tenido esa suerte. YA ves, tu padre sigue por aquí, muy activo, como siempre fue.
Publicar un comentario