4.17.2012

¡Una cerveza, por favor!





Por Ajenjo

Voy caminando por afuera de la excelente terraza que instaló el bar Moneda de Oro y mi amigo personal, Lucifer Fernández, se está tomando como su quinta cerveza de la tarde, acompañado por un grupo de extranjeros. Lo quedo mirando con cara de “pucha que soy suertudo”y cuando lo saludo me calza un vaso grande, helado y refrescante de
fría chela. “Antes de seguir tu camino, bébetela”, me ordena. Como le tengo un poco de miedo, me empiné el vaso de una y me lo zampé todo de una tirada. Me vino como un tiritón de placer y seguí mi camino rumbo a mis trámites laborales.
Creo que uno de los placeres veraniegos es poder tomarse una cerveza en medio de la tarde. Además de calmar los nervios,
produce una sensación refrescante inigualable.
Lo mejor para beber cerveza es en las terrazas de los locales.He dicho una y mil veces que Valparaíso es una ciudad a la que le lloran terrazas cerveceras veraniegas. ¡Yo no quiero tomar helado de barquillo sentado con un quitasol, quiero mandarme una jarra de cervezaTorobayo heladita, heladita heladita!
En la terraza del Café del Poeta, frente a la Plaza “KaníbalTinto”, se puede hacer esta gracia y lo mejor que uno está como camuflado con plantas y se puede esconder de la señora, el jefe, los giles pesados y los cobradores.
Así comola siesta, el derecho a tomarse una cerveza helada en la mitad de la tarde debería ser un derecho de los trabajadores.
He dicho.
ajenjoverde@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ajenjo.Verde, como lo habíamos pensado, es un tipo atado al lenguaje de la clase media aspiracional. Mira que poner mesas y sillas en la calle, con unos quitasoles ahora se le llama "terrazas".
Este tipo de descripción dice bien de la tontera generacional en que se mueve, entre revista Caras y The Clinic, entre la cultura under y el Pagano, etc... De cierto modo, eso de llamar "terraza" está a un paso de que se diga de que en Valparaíso se instalarán "boulevards". Y cierto es que de seguro ha tenido experiencias en el extranjero, y que como muchos chilenos se consumen al mundo, pero está muy lejos para decir que él mismo es un cosmopolita. Llamar terraza a eso, y pedir un orden urbano alrededor de unas mesas para beber cerveza indica mas bien que su amor a Valparaíso es tincado, y que cuando despierte de su sueño porteño, se dará cuenta que su perspectiva gira alrededor de esa masa consumista, cínica y superficial que simplemente a depurado su lenguaje para darse aires, de que a avanzado en la vida y de que tiene bienes preciosos.
El filósofo Leiva