4.25.2012

La última mudanza de mi vida



Por Ajenjo

Me he mudado 17 veces de casa en toda mi vida y estoy traumado con el tema. Este fin de semana enfrentó un nuevo cambio de vivienda, al parecer el último, ya que cumplí con el chileno sueño de la casa propia.
El primer recuerdo que tengo es una casa en el pasaje Klamer, atrás del supermercado Unimarc, de
Uno Norte, enViña, en la década del ‘70. Después vino una especie de huracán, motivado por las ideas políticas de mi padre, que nos obligaron a emigrar aVenezuela, donde viví en Maracay y Caracas. Años después vino Quillota, Hijuelas y finalmente aterricé aquí enValparaíso, una de
las ciudades más raras en que he vivido.Me gustó y me quedé, porque yo también soy raro.
Mi primera casa, en el cerro Concepción, era terrible de cuática. Era como un subterráneo, donde por la ventana de la cocina le veía los pies a las personas que caminaban por la vereda. Vi todo el proceso de transformación del cerro Alegre. Recuerdo que en el taquilla Café Vinilo nos juntábamos un lote de amigos y yo llevaba una tele chica para ver partidos de fútbol”. Ahora todos los locales son de
mantel blanco y de billetera gorda. Me entusiasmé tanto con los gringos que llegaban con sus mochilas que puse un café internet llamado “Cerronet”. Me fue como la mona y aprendí en carne propia que el chancho engorda en el ojo del amo y que tener dos trabajos es terrible de esclavizante.
Ahora que abandono el cerro Alegre me da un poco de tristeza, pero la mutación, los cambios, han estado tatuados ami vida. ¿Cuántas borracheras me pegué en esta casa que abandono?¿Cuántos asados,cuántos carretes?
No lo sé, pero ahora me espera una casita, donde nuevamente destaparé corchos, nacerán hijos y los amigos estarán presentes.
¡Qué se prepare el cerro San Juan de Dios!

ajenjoverde@hotmail.com

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