11.11.2008

Me querían puro boxear en el Moneda


Por Ajenjo

Siempre he dicho que mi segunda casa, mi segundo hogar, es el porteño bar “Moneda de oro”, ya que desde hace muchos años he bebido el mejor cola de mono que se prepara en Chile, además de compartir con mis amigos gratos momentos de esparcimiento y ocio.
Además de todo esto, yo me siento como parte de la familia. Los garzones Ernesto, Alonso y Fernando son como hermanos y siempre me han servido generosas dosis de ron, además de exquisitas empanadas camarón queso , parrilladas, chorrillanas y sandwich de todo tipo.
Su dueño Don Rene (sin acento) y su bella señora siempre han sido muy cariñosos y han levantado uno de los bares bohemios donde pueden convivir rockeros, poetas, músicos y viejitos jugando al dominó.
Por esta razón me pareció muy raro que me llamaran desde el bar, muy enojados, por la nota que apareció la semana pasada, donde, por un error de entendimiento, aparecía que el vino con durazno de este local no era muy bueno.
Inmediatamente me retracté y en la noche fui al bar a conversar y aclarar en buenos términos esta confusión.
Entré a la cocina y hablé con DonRene. Los mozos me lanzaban irónicas tallas y me decían: “aquí le traigo su vinagrillo”, haciendo alusión a la maldita crónica que nos confundió a todos.
Mi jefe en el diario se reía a mandíbula batiente y me decía que “jamás hay que morder la mano que te da de beber”. Nunca fue mi intención y la nobleza obliga a retractarse, reconocer el error y bajar el moño.
“Te quieren puro boxear en el Moneda”, me aseguraba mi brother oftalmólogo, en medio de risas y tallas que ya me estaban entrando a molestar.
Al final me reconcilié con mi segunda casa, mi bar querido, que siempre estará en mi memoria junto a sus gigantescas banderas donadas por marinos que algunas vez invadieron este distorsionado puerto latinoamericano.
Ahora, con mi ron en la mano y mi pedazo de chacarero en la otra, pienso en lo guantes de box que hay colgados en una de las murallas del bar.Me imagino al garzónFernando instalándose estos guantes y saliendo a un ring a defender el honor de su vino con durazno.
Sólo les puedo decir a todos que me ganarían por nocaut y que ahora queda seguir bebiendo, comiendo y carreteando en este Valparaíso que como una bizarra caja de sorpresas tiene de todo para seguir adelante y con toda la familia reunida y feliz.

ajenjoverde@hotmail.com

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