por ajenjo
Estoy afuera del ultrataquillero Centro Mori, en Santiago, donde Jenny, una de las integrantes del poderoso clan Romero (donde la reina es Carmen, la del famoso "Teatro a Mil"), me espera con invitaciones para ver la obra "Neva".
Llego con una botella de vino tinto envuelta en celofán y con una gran cinta blanca. Es su regalo por ser buena onda.
Antes de que empiece la obra de teatro nos vamos a un bar donde en cuestión de minutos nos bajamos unos pisco sour y un kir royal. ¡Es que el frío santiaguino es terrible!, dice la conciencia para justificar el tragullo.
Entramos al bello teatro, propiedad de Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela, y pasamos por el restaurante "Amorío", donde la clase alta come y bebe al ritmo de sus tarjetas de crédito.
La obra de teatro es un filete de alto nivel. Aquí no hay saltimbanquis, orquestas, desnudos o garabatos baratos. Aquí hay teatro puro, donde el texto y la actuación se amalgaman para emocionar a los espectadores.
Una de las actrices declama: "todas las mañanas me despierto con ganas de matar un rico, pero después almuerzo y se me pasa".
La obra está situada en SanPetersburgo, en Rusia, donde el río se llama Neva. Es en plena revolución, donde la contingencia política es fuerte y los textos pasan del amor al anarquismo en cuestión de segundos.
Los actores terminan agotados y el aplauso es sincero y emocionado.
Dañados por la obra nos vamos a una cena que unos amigos habían preparado en su hogar santiaguino. Un aperitivo de ron, un risotto de champiñones, vino tinto y piscolita para rematar fueron parte de la hermosa velada.
Lo más impresionante de la noche fue la decoración de la casa donde cené. Pertenece a dos amigos, quienes la tienen como un museo lleno de grabados y adornos bellísimos.
Uno de los dueños me hizo un recorrido por las piezas, donde me mostró grabados de artistas brasileños y uruguayos y un mueble lleno de diminutos artículos.
Volví a la mesa del comedor emocionado por lo que mis ojos habían visto y terminé más impresionado, al observar como una perra salchicha se bebía copas y copas de vino tinto.
"Sólo toma cerveza y vino, ya que los destilados no le gustan", me dice unos de los amigos. "Hay de todo en la viña del Señor", respondo, y me replican: "sobre todo en las viñas".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario